-¡El fin se acerca capitán! –vocifera
uno de los tripulantes de la nave espacial.
-¡Tranquilos, no pierdan la calma! –expresa el capitán al
mando.
Sin embargo, la situación era caótica, inminente.
Definitivamente la tripulación iba directo al sol y no había forma de evitarlo.
Cuando en eso…
-¡Capitán, hemos llamado a la torre de control y nos
dicen que desviemos el curso de la nave, o seremos calcinados por el sol!
-¡Bien, que giren el curso de la nave! –exclama el
capitán, exaltado.
-¡Capitán, algo pasa. La nave no quiere girar. ¿Qué
hacemos?! –expresa uno de los tripulantes.
-¡No pierdan la calma! ¡Vuelvan a llamar a la torre de
control!
-¡Capitán, no responden, y vamos directo al sol. ¿Qué hacemos?!
-Tripulación, fue un honor trabajar con ustedes.
Juan Mujica