Una vez más les muevo el cerebro,
para recordar y también para hacer una comparación entre los juegos de
carnavales que se hacían en los años 80, y lo que se realiza hoy en día. Por
tanto, lo primero que se me viene a la mente son los globazos, que se tiraban a
los ómnibus y combis. Ese era el chiste de la “travesura”. Mojar a la gente, a
diestra y siniestra. Y la cosa no acababa ahí, ya que el objetivo de los
chiquillos era esperar a que salga alguna “víctima”, que obviamente era una
chica y sin mayor miramiento, se le abalanzaban. La mojaban, le tiraban
globazos, la embetunaban, en fin, esa era la “diversión”.
Luego de un tiempo, la cosa se fue
“maleando”, ya que en varios puntos, el juego se convertía en acto delincuencial.
Puesto, que en aquellos domingos de febrero, muchos malos elementos, usaban
como pretexto mojar a baldazos a sus víctimas, sin embargo, como digo ese era
el pretexto, para luego hurtarles sus pertenencias.
A pesar que las autoridades ya
han puesto las “barbas en remojo”, la tradición de mojar todavía se mantiene.
Por tal que, en los últimos años, aquellos domingos se están deteniendo a
muchos jóvenes y adolescentes, quienes a vista y paciencia de todos, cometen excesos.
Y aquello es lo que no pueden realizar. Por que una cosa es que jueguen entre
ellos, pero sin faltar el respeto de otras personas, que solo necesitan transitar
libremente por las calles.
También está el tema de las
piscinas portátiles. Para muchos es el vacilón. Sobre todo es la alegría de los
niños, quienes con tanto calor se divierten chapoteando y jugando con sus
amigos o familiares. Sin embargo, el problema está en tener el cuidado de
cambiar el agua, verificar que no esté infectada, y como no es necesario
mencionarlo, tal y como sucede en la playa, nadie dice: “voy a salir un rato
para miccionar”. Eso es obvio, y si los niños pasan 4 o 5 horas en aquellas
piscinas portátiles, no tendrían el mayor reparo en vaciar su orina como cosa
natural e inocua.
Por tanto, las autoridades deberían
fiscalizar estos actos, sobre todo lo de mojar a la gente que no está jugando
con los que simplemente circulan por las calles. Ya es momento de evolucionar,
de ser una sociedad civilizada. De convertirnos en personas respetuosas del derecho
público. Y recuerden que el derecho de cada uno, termina donde empieza el
derecho de los demás.
Juan Mujica