Los que somos de la 'vieja escuela', aún tenemos ese placer de poder apreciar un libro físico, palparlo y olerlo. No obstante, ha sido inevitable la transición al mundo digital. Estas nuevas tecnologías nos han hecho ingresar de manera paulatina y al mismo tiempo, vertiginosa.
Y así como hace unos años se detuvo la fabricación de máquinas de escribir; quién sabe si más adelante, los libros físicos que conocemos de toda la vida, corran la misma suerte. No será tan rápido como podríamos imaginar, pero si pasan cien años, es inevitable detener el progreso, como consecuencia de la modernidad y los cambios que como expreso, son propios del adelanto de nuestra civilización, es decir, de la humanidad.
Esgrimista
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