Cuando escuchamos la palabra carnaval. En el acto se nos viene a la
memoria aquellos carnavales de los años 80. Tiempo en el que se permitía o en
todo caso no se castigaban los excesos en el momento de mojar a baldazos o
globazos. Eran épocas impunes, donde los niños y adolescentes (sobre todo estos
últimos) al ver a una chica caminando en (zona roja), pues era perseguida y el encuentro no paraba hasta que era mojada a globazos,
e incluso la embarraban con betún en el rostro y demás partes del cuerpo.
Con respecto a los excesos, una
forma de frenar supuestamente a esta masa en declive es a través de una multa. No obstante, parece no tener
resultado. Incluso tanto llega el descaro que a veces se utiliza el pretexto de mojar para robarle sus pertenencias a las
personas. Ya sea una billetera hasta una bicicleta, sino es que más.
No obstante, ¿se ha preguntado dónde se originaron los
carnavales? Según las tradiciones orales, sus orígenes están en las fiestas paganas. Uno de sus paradigmas está
en las celebraciones que se hacían en
honor al dios Baco. Otro de los ejemplos era en Egipto, en que el motivo de la celebración era el buey Apis. Tanto este último ejemplo
como en los tiempos de la antigua Sumeria se remontan a 5000 años en el pasado.
Sin embargo, no todas las
culturas celebran los carnavales de la misma forma. Por ejemplo, en muchas partes de Perú, el carnaval es
sinónimo de fiesta, de baile, de desfile, y hasta de mascaradas y trajes
típicos. Si vas a muchos de estos lugares te llevarás la sorpresa de
presenciar estos bailes y desfiles, e incluso serás parte de la celebración
como uno más que hay que mojar y echarle talco.
De hecho que en tu barrio las
celebraciones ahorita ya están por empezar. Ya los palomillas de tu cuadra
afinan globos y preparan el betún y las “matacholas” (talco dentro de una media
para tirarse con violencia sobre una víctima). No obstante, ahora las familias tienen sus piscinas
armables, y es ahí donde terminan las víctimas del grupo de “carnavaleros”.
No obstante, en antaño levantaban a la
chica y la estrellaban al charco de agua con barro que ya estaba listo para
estrenar.
Y cómo no recordar las famosas tradiciones
que dan término a la celebración de carnavales. Los de la costa le llaman “Cortamonte”, los de la sierra le llaman
“Yunza”, y los de la selva le llaman
“Umisha”. Donde muchas familias, de diferentes
partes del Perú, terminan la época de carnavales dándole de hachazos al árbol
que eligieron para tirarlo abajo. Y llevarse las cosas que colocaron previamente
en ellos.
Otro de los carnavales más
esperados son los de Brasil, donde se vive una fiesta nacional. Donde las
plumas y lentejuelas adornan todo el desfile y donde el pudor queda en segundo
plano. Se nota una labor de ensayo, y se nota que disfrutan los bailes, donde al igual que en Perú muchos turistas viajan
y disfrutan de la festividad internacional, en que año a año celebran y bailan,
previamente disfrazados y maquillados.
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