Luego de una aparatosa caída de
un transbordador, los cuatro tripulantes del Zeus 35, según los científicos
terrícolas los dieron por muertos. Así que los llevaron a una especie de
morgue. Colocaron los muertos en sendas camillas y los cubrieron con sábanas
blancas. El lugar era lóbrego lleno de recipientes con cerebros y otros más
grandes donde había cuerpos enteros. Justo era la noche de Halloween, y en
plena morgue de repente se empezaron a mover aquellos astronautas que habían
declarado como muertos.
-¿Dóoonde estoy? ¿Por qué estoy aquí? –preguntó uno de
los astronautas muertos, llamado Harry.
-Al parecer estamos en un lugar que albergan a los
muertos –respondió su compañero Isac.
En eso empezó a haber
movimientos dentro de la morgue. Otros muertos que también se movían y que
supuestamente habían declarado como difuntos.
-Tranquilícense, que de aquí no hay marcha atrás. Somos occisos
y estamos destinados a permanecer en este lugar, hasta que nos sepulten o algo
por el estilo –explicó uno de los muertos que estaba en aquella morgue, llamado
Brown.
-Oigan, si estamos muertos ¿por qué nos movemos y
hablamos? -preguntó un tercero de los
astronautas de nombre Billy.
Resígnense que estarán aquí por poco tiempo hasta que los llenen de
tierra –comentó aquel personaje que ya tenía buen tiempo en aquel lugar. En
tanto que aquel lugar como mencionamos estaba lleno de frascos con formol, y en
la oscuridad se veía muy lóbrego.
-Oigan, ¿por qué no aprovechamos la noche de Halloween
para divertirnos con los vivos. Por lo menos así nos sentiremos dentro de su
grupo –propuso Micky, que era el cuarto astronauta.
-Su plan es descabellado. Nadie de nosotros ha realizado
tal locura. Sin embargo, si es que aún nos queda un hálito de vida, salgamos y
asustemos a la gente –replicó Brown.
Y ante el consenso unánime
rompieron el candado con un fuerte martillo. Al verse libres se emocionaron.
Sin embargo, la gente que pululaba por el lugar, al verlos como zombis corrió
despavoridos. Y eso empezó a gustarles. E incluso se dieron el tiempo para
tocar la puerta de algunas familias cercanas. Y al verlos así con ese camisón y
con los ojos rojos. Unos se desmayaron, otros salieron a la carrera, y a campo
traviesa.
-Jajaja, no me había divertido
tanto desde que era adolescente –comentó uno de ellos.
Fue así que siguieron asustando
a más personas. Algunos hasta pensaron que se trataba de personas con vida
disfrazados, pero al verlos con la sangre que brotaba de sus cuerpos salieron
despavoridos. No obstante, cuando volvieron a aquella morgue se dieron con la
sorpresa que unos muertos de un cementerio cercano habían tomado el local y como se imaginarán
ellos se habían desenterrado y como se enteraron que los astronautas habían
salido a divertirse, pues entonces ellos
también querían hacerlo. Fue entonces que se armó una trifulca.
-¡Oigan, nosotros llegamos
primero! ¡Lárguense de aquí! –manifestó Harry, siendo secundado por sus
compañeros.
-¡No nos iremos, y no traten de
botarnos, ya que como ven somos varias decenas y si quisiéramos los echaríamos
de aquí a patadas! –contestó uno de los zombis del cementerio.
Y fue así que ante los dimes y
diretes, entraron en escena sin permiso un grupo de extraterrestres, quienes
pusieron orden en el lugar. No obstante, cuando amaneció los muertos y los
zombis se volvieron polvo, y los extraterrestres volvieron a su escondite
dentro de las profundidades de la tierra, en la compañía de los gnomos y otros
personajes fantásticos.
Juan Mujica
No hay comentarios:
Publicar un comentario