(Libre interpretación)
En la fúnebre presencia
de la noche,
yo buscaba a la luna.
La buscaba
entre traslúcidas nubes de seda
y estrellas admiradas
y luminosas.
No percibía en esos años,
algún rastro divino
o virginal en su forma.
Para mí la luna
era un conejo,
un conejo gris
y solitario,
castigado eternamente
dentro de una bola de arroz.
Juan Mujica
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