Cual
barquero veneciano,
navega
sin apuro,
aún
siendo anciano,
su vigor
es puro.
Para el
campirano,
la tenue
jerarquía,
en la
urbe tirano,
fomentando
la anarquía.
Hay
muchas sucursales,
de ti
donde te alojes,
los casi universales,
y
cadentes relojes.
Sanas con
tu andar,
heridas
dolorosas,
gran
misión ablandar,
pasiones
rencorosas.
Por ti
nos moriremos,
un día de
verano,
y luego
nos veremos,
en un
limbo mundano.
Como buen
gerente,
tienes tu
secretario,
siempre está
presente,
llamado
calendario.
Amigo ten
piedad,
nunca me
flageles,
trata
bien mi edad,
te pido
la congeles.
No puede
comprender,
el mundo
tu faena,
si tienes
gran poder,
que
acaten tu condena.
Esgrimista
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