Nuestra civilización en el
siglo XXI se puede asegurar que ha mejorado mucho. Sin embargo, esta afirmación
es demasiado generosa con la realidad que se vive a nivel por lo menos de
Sudamérica. A pesar que en el lado tecnológico, notamos con mucho asombro las
nuevas tecnologías que van surgiendo, como el iPHONE 6, cuya invención
posiblemente sea uno de los legados del fundador de Apple, Steve Jobs. Dicho
genio de la tecnología nos dejó una buena producción de innovaciones que ahora
se disfruta en todo el mundo.
No obstante, ¿cuánto se ha
evolucionado a nivel conductual? Basta con dar una mirada a nuestra ciudad, y
vemos a plena luz del día robos, secuestros, extorsiones, y lo malo es que
lamentablemente todo lo malo tal como lo bueno lo aprenden los niños.
Recuerdo que estando en un ómnibus
le colaboré a un chico con un par de chocolates. Y como tenía hambre en ese
momento los abrí y me los comí. Y como el niño vio que tenía las envolturas en
la mano, me dijo: “yo se las tiro”. En ese momento me alegré de saber que
existían personas con sentido protector de la ecología. Sin embargo, el chico
sin darse ningún remilgo abrió una de las ventanas y botó las envolturas a la
calle.
Y siguiendo con el tema de la
basura, es increíble que haya personas que tiran la basura a la calle y
contaminen la misma. A pesar de los esfuerzos de los recicladores (en camión y
a pie), todavía el tema preocupa.
Y si hablamos del transporte,
en los flamantes buses azules, aparentemente se ha llegado a alcanzar un tema
de orden. Sin embargo, no deja de ser un problema, ya que los buses se llenan y
solo se cierra la puerta cuando ya no hay más sitio, e incluso cuando ya está
lleno, las personas que supervisan nos dicen “¿alguien más va a subir?”.
No obstante, hablando de las
buenas cosas que se ha avanzado es el uso de las redes sociales, que se han
vuelto un medio masivo de poder comunicacional. Antes ese lugar lo tenían los
blogs y las páginas webs. Sin embargo, todavía estas últimas tienen vigencia.
Pero según las estimaciones se puede deducir que cada vez hay más personas que
cuentan con una computadora en casa con Internet. E incluso podríamos visionar
que pronto habrá tantas computadoras en los hogares que los negocios de
Internet tendrán que cerrar por falta de usuarios que alquilen este servicio.
Ahora, siguiendo con la
evolución conductual, todavía se tiene mucho pan por rebanar. Y me refiero a la
existencia de las pandillas, que lo menos peligroso que hacen es pintarrajear
las paredes, e incluso donde antes había un grafiti. Me pregunto si estos
individuos tendrán algún tipo de vocación por la pintura, o si simplemente es
un desfogue de su inmadurez por la propiedad privada.
Juan Mujica
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