En lo más profundo del Hades se
encuentran Cancerbero y Quimera, quienes aprovechando la ausencia de Plutón,
decidieron arreglar sus diferencias luchando cuerpo a cuerpo.
-¡Ya dejen de pelear! –les advierte Caronte, el barquero
del río Aqueronte.
¡Tú no te metas barquero!¡Este asunto es entre nosotros dos!
–responde Cancerbero.
¡Sí, no te metas, que aquí la cosa es entre nosotros! –exclama
Quimera.
En ese momento los dos monstruos están a punto de
destruirse, pero cuando menos se lo esperaban y en plena contienda, aparece
Plutón con Proserpina, y les ordena que dejen de pelear o castigará a ambos.
-Te salvaste Quimera, pero esto no ha terminado. Ya nos
volveremos a enfrentar en otro momento –ruge Cancerbero, mostrando los afilados
dientes.
-Lo mismo digo Cancerbero. Te salvó la campana. Otro día resolveremos
nuestro asunto. Así tenga que esperar toda la eternidad.
-¡Basta, basta! ¡Aunque pasen miles de millones de años,
yo siempre estaré aquí, vigilando y poniendo orden! Así que mejor se
tranquilizan y se calman. ¡¿Entendido?¿Entendido?!
-Sí, señor –dijeron ambos.
Juan Mujica
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