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jueves, 14 de octubre de 2021

Micro-relato 11: Tres elementos: Turrones, Cancerbero, diccionario



Como cada mes de octubre, los turrones estaban "dando la hora", y como es tradición se vendían con más fuerza. Recordando siempre a su creadora. Es decir, a la señora Josefa Marmanillo, quien tanta fue su devoción por el Señor de los Milagros, que un buen día recuperó la motricidad de sus dos brazos, por lo cual, estuvo tan agradecida que creó los famosos turrones Doña Pepa, puesto que su elaboración le fue inspirada en un sueño que tuvo. No obstante, aquello fue visto por el guardián del inframundo, y quiso probar. Así que el susodicho Cancerbero subió al mundo de los vivos. Específicamente a la Av. Tacna en el Centro de Lima. Y como era de esperarse, sus calles estaban atiborradas de transeúntes y anfitrionas, las cuales daban a probar a los potenciales compradores, pero como es clásico, también probaban algunos que solo querían degustar del postrecito de puro antojados. Por tanto, entró en escena Cancerbero y su rugido hizo tambalear dicha avenida. Y como era lógico, las señoritas que invitaban a los clientes a comprar los turrones corrieron despavoridas. Y fue entonces que este guardián del inframundo hizo "turismo en varios locales", degustando y tragando a diestra y siniestra. Tanto fue así que sus mandíbulas estaban como candidatas para una consulta odontológica. Y como recordamos aquellos postres llevan sus grageas (caramelitos), y Cancerbero masticaba y masticaba. Hasta que una de sus muelas le "pasó la voz", y como diciéndole que tenía un gran dolor de aquella muela. Fue entonces que recordó que los humanos dentistas utilizan la frase "muela del juicio". Y a vista y paciencia de los transeúntes "expectoraba rugidos de dolor". Por lo cual, Cancerbero llamó por celular a su jefe (Hades). Y este último, le dijo que lo que sentía era una "entelequia", y que siendo Cancerbero un ser del inframundo no debía sentir dolor alguno. No obstante, el perro de tres cabezas seguía adolorido, por lo cual llamó esta vez al mismísimo Zeus, el cual le respondió que lo que él sentía era una "quimera" (acepción de fantasía). No obstante, Cancerbero, quien tenía un léxico "super básico", tampoco entendió. Fue entonces que de pura casualidad encontró una feria del libro, y rugiendo de dolor encontró un diccionario de la última edición de la RAE, donde luego de hojear y hojear, al fin encontró lo que buscaba. Leyendo la palabra "Cancerbero", y como era costumbre en diccionarios enciclopédicos, vio su foto al costado de su mención semántica, y decía: "Monstruo fabuloso de tres cabezas; guardián del inframundo, y que confunde las heces con los turrones".


Esgrimista

domingo, 14 de junio de 2015

Batalla en el Hades

En lo más profundo del Hades se encuentran Cancerbero y Quimera, quienes aprovechando la ausencia de Plutón, decidieron arreglar sus diferencias luchando cuerpo a cuerpo.
            -¡Ya dejen de pelear! –les advierte Caronte, el barquero del río Aqueronte.
            ¡Tú no te metas barquero!¡Este asunto es entre nosotros dos! –responde Cancerbero.
            ¡Sí, no te metas, que aquí la cosa es entre nosotros! –exclama Quimera.
            En ese momento los dos monstruos están a punto de destruirse, pero cuando menos se lo esperaban y en plena contienda, aparece Plutón con Proserpina, y les ordena que dejen de pelear o castigará a ambos.
            -Te salvaste Quimera, pero esto no ha terminado. Ya nos volveremos a enfrentar en otro momento –ruge Cancerbero, mostrando los afilados dientes.
            -Lo mismo digo Cancerbero. Te salvó la campana. Otro día resolveremos nuestro asunto. Así tenga que esperar toda la eternidad.
            -¡Basta, basta! ¡Aunque pasen miles de millones de años, yo siempre estaré aquí, vigilando y poniendo orden! Así que mejor se tranquilizan y se calman. ¡¿Entendido?¿Entendido?!

            -Sí, señor –dijeron ambos.

Juan Mujica

sábado, 16 de octubre de 2010

Cancerbero y Quimera

Quimera
J.M.

Muy furiosos corren Cancerbero y Quimera,
allá en las tierras de ultratumba,
al lado de Hades, rey del infierno,
con tres cabezas, que pensarían más que una,
yacen triturando almas pecadoras,
pero también custodiando las puertas del averno.

Quimera, ser hibrido, con tres cabezas,
al igual que su camarada, el perro diabólico,
juguetean entre los volcanes y se sumergen en el magma,
luego vuelan por los aires, libres,
inseparables amigos de ultratumba,
sólo una maldición está sobre sus cabezas,
tan sólo una mala fortuna poseen sobre sí.

El mismo rey de los muertos les dijo:
¡El día que yo desaparesca,
ustedes vendrán conmigo!
Por eso será que lo cuidan,
fieles monstruos tricéfalos,
bestias imaginarias del inframundo,
Cancerbero y Quimera,
Quimera y Cancerbero.