sábado, 22 de diciembre de 2018

ZMM: Ushanam Jampi (Resumen)

   
En el pueblo de Chupán, lugar de los andes peruanos, el consejo de yayas (ancianos de la comunidad) discute sobre la situación de uno de sus habitantes. Se trata de Cunce Maille, quien es conocido como un vil ladrón, puesto que ya va la tercera vez que incurre en robo. Por lo cual, los yayas y demás autoridades lo citan para una especie de juicio.

Por un lado, José Ponciano alega que Maille le robó una vaca, y sin más miramiento, el inculpado se defiende sacando en cara que hace un año que el acusador le robó un toro. De tal modo, que los yayas le preguntan por qué no denunció aquello en su tiempo. Y el acusado contesta que no lo hizo porque en aquel pueblito no existe la justicia, y entre todos se roban.

No obstante, Ponciano alega que aquel toro se lo compró a Natividad Huaylas. Sin embargo, Cunce Maille, objeta que dicho toro era de él y que Natividad no tenía ningún derecho a vender algo que no era suyo. Puesto que el asunto se puso en contra de Maille, ya que este último no tenía los treinta soles para pagar la vaca hurtada. De buenas a primeras, por considerarlo un ladrón reincidente, el mismo pueblo empezó a alzar sus voces “¡Ushanam Jampi! ¡Ushanam Jampi! Y como la voz del pueblo es la voz de Dios. Cunce Maille fue sentenciado al jitarachum, es decir, al ostracismo, al destierro para siempre de aquel pueblito Chupán.

Cunce Maille una vez desterrado, pasó y siguió pasando el tiempo. Hasta que empezó a extrañar a su madre y a su tierra natal. Por esta razón, decidió hacerle una visita, y lo hizo de una manera muy sigilosa. No obstante, fue visto y se pasó la voz de lado a lado como si fuera un chisme. Por lo cual, José Facundo uno de ellos al verlo le tendió una trampa. Y le dijo que se acerque, y que nadie lo apresaría. Por tanto, Maille se confió y se aproximó a aquel hombre, quien lo recibió con un abrazo. No obstante, dicha muestra de afecto se transformó como un gran “abrazo de oso”, un abrazo apresador. Por lo cual, los demás no dudaron en acercarse y arrestarlo. Y antes que vinieran los demás pobladores, Maille lo agarró fuertemente del cuello y en un ataque de ira le cortó la lengua a su traidor embustero. Una vez detenido, sin más miramientos, se volvió a escuchar en el ambiente la misma atmósfera: “¡Ushanam Jampi! ¡Ushanam Jampi!

Por tal, que los pobladores armados de palos, piedras y cuchillos. Sin más miramientos se volcaron sobre él, hiriéndolo gravemente. Ya casi agonizando se arrastró hasta los brazos de su madre, pero sus ajusticiadores no tuvieron clemencia alguna de su estado. Y le dieron el tiro de gracia, que fue descuartizando su cuerpo. Y colocando sus intestinos a manera de guirnaldas en la entrada de la puerta, donde en el otrora vivían Cunce Maille y su devastada madre.


Enrique López Albújar

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