El legendario personaje
rojiblanco, bonachón y barbudo ha crecido en los entornos de nuestras casas
desde que tenemos memoria, pero ¿nos hemos puesto a pensar cómo surgió su
leyenda, o si en realidad vivió? No sea tan escéptico y permítame mostrarle
algunos datos acerca de aquel viejito.
Papá Noel, Viejito Pascuero,
Colacho o San Nicolás, son algunos de los nombres con que se le conoce en el
mundo hispano al personaje que según la cultura occidental, le trae regalos a
los niños en Navidad. Él fue inspirado en un obispo cristiano de origen griego
llamado Nicolás, que vivió en el siglo IV en Anatolia, en los valles de Licia
(en la actual Turquía).
El nombre que hoy en día
recibimos de Papá Noel, procede de Finlandia como San Nicolás y ha llegado
hasta nosotros como “Papá Nöel”, que ha derivado en “Papá Noel”, ya que ha adoptado la
ortografía hispánica. Además, que Noel significa Navidad en francés.
Su mítica fama de repartidor de obsequios, se
basa en otra historia, que cuenta que un empobrecido hombre, padre de tres
hijas, no podía casarlas por no tener la “dote” necesaria, y al carecer las
muchachas de aquello, por tanto parecía que ellas estaban destinadas a ser
solteronas. Sin embargo, San Nicolás le entregó, al tener la edad de casarse,
una bolsa llena de monedas de oro a cada una de ellas.
Ya sea leyenda, tradición o pretexto, ¿no cree
que se les ve felices a los niños cuando reciben un obsequio? Aunque claro que
se les debe explicar que la Navidad no es solo invertir un sueldo en regalos,
preparativos, cena y champaña. Hay todo un sentimiento de por medio. El estar
reunidos en familia y con un espíritu navideño que no solo es producto de los
villancicos, sino que la camaradería que en muchos hogares escasea, y el darse
un abrazo fraterno, son detalles que justifican el haber esperado despiertos
hasta la medianoche, para celebrar el onomástico de Jesús, al menos para los
creyentes católicos y demás derivados de la cristiandad.
Esgrimista
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