viernes, 17 de diciembre de 2021

La última profecía de Nostradamus (cuento)


Las extremidades empezaban a ceder, con tan inhumano castigo. Y, por si fuera poco, recibió una lluvia de azotes. De esos que dejan huella. Esa era una de las formas de punición de la temible Santa Inquisición. Esta vez era el turno de Nostradamus, quien, a pesar, que ya peinaba canas, no se salvaba del dantesco sufrimiento que las autoridades religiosas, les imponían a toda clase de seres humanos, los cuales eran calificados como en contra de las “leyes divinas”. Y mientras sus huesos crujían -literalmente-, le vino a la mente pasajes de su vida. Reminiscencias de las décadas pasadas. Aquellos tiempos en que gozaba del respeto de las autoridades, debido a sus “artes” como pitonizo y médico naturista.

            -¡Jalen más! ¡Más duro…hasta desmembrarlo! -decía uno de aquellos religiosos, quien supuestamente ejercía el mando por órdenes de los reyes católicos.

            El pobre anciano, cuyo verdadero nombre era Michel Nostredame, estaba ya casi muriendo en vida. No obstante, sus biógrafos en la actualidad dan fe de muchas predicciones que realizó y que se siguen cumpliendo. No obstante, Nostradamus no escribía como para todos, sino que lo hacía de una manera muy peculiar. Utilizando cuartetas y cada línea, en la mayoría de los casos tenía una tendencia oscurantista. Por tal, que las clases altas le tenían mayor estima. No siendo el caso para la plebe, los que no entendían debido a su iletrada condición. Han pasado casi cinco siglos, y sus predicciones siguen dejando absortos a toda la humanidad. Por ejemplo, se cumplió sobre las acciones bélicas de Adolfo Hitler, el ataque a las torres gemelas (2001), también las maniobras injerentes de los mandatarios estadounidenses, tal como Donald Trump, el cual, al igual que sus antecesores, siempre “mueve sus fichas” para tener el control y salir beneficiado. Otra de sus predicciones a cumplirse será la tan voceada Tercera Guerra Mundial. Que se iniciará con un fuerte ataque beligerante a Francia. A partir de ahí, si aquello se concreta y toma fuerza. Lo siguiente sería una invasión de árabes y musulmanes, que agravarán la detonación de esta inevitable destrucción del planeta. A estas alturas, de producirse un ataque nuclear, sería tanto el poder que desataría, que incluso serían afectados no solo Selene, sino que sus planetas vecinos más próximos.

            -¡Clemencia, por favor…clemencia! -ruega Nostradamus a los de la Santa Inquisición, quienes con abundante sadismo, ven y oyen crujir los huesos del inculpado.

            Fueron mucho más sus vaticinios, y hasta el día de hoy se fueron cumpliendo. Por ejemplo, se inventaron las curas para muchas enfermedades, también se logró la comunicación con los animales, e incluso la esperanza de vida se “estiraría” hasta los 200 años. Y mientras continuaban haciendo crujir al adivino entre adivinos, les propuso que, si lo dejaban libre, les revelaría tres predicciones. Ante tal ofrecimiento, pero, con un escepticismo tan bárbaro, que casi a risotadas aceptaron la proposición. Dicho y hecho, lo libraron de aquel aparato que lo tenían amarrado.

            -Muy bien, señores, prepárense. Lo que les voy a revelar no lo sabe nadie en el planeta -exclamaba muy serio el adivino entre adivinos-. Cuando yo desaloje esta edificación, uno de ustedes sufrirá un ataque cardiaco. Pero ahí no acaba la cosa. Otro de ustedes descubrirá una infidelidad, y, por último, a pesar de las leyes de la vida y la muerte, yo viviré eternamente.

            Todo aquello les pareció risible a los de la Santa Inquisición. No obstante, dejaron libre a Nostradamus. Y cuando ya se les había pasado la risa enfermiza, una enorme rata brincó desde el techo y cayó en la cara de uno de aquellos de la Inquisición, y fue tanto el susto y el asco, que inmediatamente su corazón se detuvo y comprobaron su muerte súbita. Aquella desgracia les borró la sonrisa, y cuando todos se retiraron a sus casas. Otro de ellos, se dio con la sorpresa de encontrar fornicando a su esposa con el hijo del panadero. Tal escena le provocó una fuerte reacción violenta, motivándolo a sacar su arma y descargando su ira, con sendos balazos. Y se dice que fue tal su coraje, y sabiendo que dicho asesinato le costaría al menos 30 años en las mazmorras. Que, en un ataque de desenfreno, tomó su arma, y abriendo su boca, se disparó un pistoletazo. Muriendo en el acto. Cuando tales hechos se propalaron, la Santa Inquisición le empezó a temer al pitonizo entre pitonizos. No obstante, lo dejaron libre, pero le advirtieron, que, si volvía a causar problemas, volverían a apresarlo y castigarlo. Aunque sus muertes dependieran de eso. Han pasado más de 500 años, y Michel Notredame, sigue escribiendo y prediciendo el futuro.

            -Así que ten cuidado amigo, que en este preciso momento podría estar vaticinando tu muerte y la de toda tu simiente. Y aunque en una oportunidad predije el fin del mundo en el año 3,797. Tal vez podría equivocarme. Ya sea que sigamos aquí por millones de millones de millones de años, pero también podría ser mañana mismo. Ya que soy adivino,…pero no Dios -finalizó su colofón, el zahorí francés.

Esgrimista

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