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sábado, 8 de abril de 2023

El señor invierno en Lima (cuento)


Bajo su glacial personalidad se hielan los animales, los árboles y cuanta persona encuentra en su camino. Nadie puede ser indiferente a su poder gélido, en que desde el polo norte vino a visitarnos, pero como es normal tuvo que traer consigo toda su fuerza congelante. A su paso se hielan las flores, las aves migran hacia el sur y tan solo los pingüinos pueden tolerar su presencia. Como si se tratara de un ser perverso, todos le tienen miedo y es el responsable de muchas enfermedades que tienen que ver con las vías respiratorias. Y sin dar aviso de su presencia entró en escena el señor invierno, quien ahora está en Lima, para el malestar de muchos y para la alegría de ninguno. Tan solo ganan los farmacéuticos, quienes se benefician con la venta de medicinas para los resfriados, gripe, tos, etc.

En la Plaza Mayor el ambiente está álgidamente deprimente. Las palomas vuelan y se posan en la Iglesia, el viento va y viene en todas direcciones, los fortuitos caminantes tiritan de puro frío y castañetean sus mandíbulas. Algunas madres abrazan fuerte a sus hijitos y los tapan bien con lo que pueden, y no dudan en darles algo que comer. La pileta de la plaza está dando brotes de agua frígida, sorprendentemente helada. Y la gente de solo ver aquellas aguas se encogen de miedo y repulsión. En la Av. Tacna la gente tiene que soportar los vientos helados, los vendedores se acurrucan con lo que pueden y sus gargantas lucen enfriadas, pues al hablar les entra el frío. Los transeúntes vienen y van de un lado para otro, y muchos esperan en las esquinas su respectiva combi, prestos a dirigirse a sus destinos. Ni siquiera los ladrones se destapan, ya que van divisando el descuido de posibles víctimas, a las que puedan arrebatarles sus billeteras o carteras. Ya son las dos de la tarde y el hambre no se hace esperar. Dentro de las combis la gente cierra las ventanas, y los vendedores suben con sus bolsas de golosinas con la esperanza que la gente se apiade de ellos. Para su suerte muchos deciden aplacar el hambre con galletas, chocolates, etc. Quizá ayudó sus tristes historias, pero al fin y al cabo venden y salen con la moral levantada. En la Av. Arequipa el panorama sigue frío. Con los ciclistas que van de ida y vuelta, aprovechando la ciclovía. Las combis siguen llegando y yéndose y las voces de los cobradores resuenan rompiendo el silencio al compás de los claxon:

-¡¡¡Todo Arequipa, todo Arequipa!!!....¡¡¡Wilson, Tacna, Alcázar!!!....¡¡¡Sube, sube….!!!

Y en esa galería de tiendas, en esas 51 cuadras, el frío arremete y se posiciona de las reacciones de la gente. Muchos se meten a los negocios para descansar un poco del clima congelante. Los restaurantes están llenándose de personas que tienen recursos para saciar su hambre y su sed. Llenan sus barrigas y se oye cómo mastican los alimentos, y hasta la comida basura es bien recibida en sus mandíbulas. Sin embargo, también hay de los que no tienen recursos y se congelan en plena avenida. Pasan y miran de reojo a los comensales que trituran las piernas de pollo, que los hace salivar hasta el mentón. Tienen que resignarse a esperar a llegar a sus casas. Si es que les aguarda alimento en ellas. Por lo pronto se apoyan en las ventanas de los restaurantes y mientras miran comer, el vapor que sale de sus bocas nubla el vidrio y solo piden un milagro que nunca llega. Solo escuchan el ¡¡cronch, cronch!! de las personas que tienen plata. Mientras, afuera la gente sigue tiritando de frío. Los ciclistas retornan a sus casas, las combis continúan haciendo bulla, e infringiendo con su contaminación sonora. Por lo pronto el señor invierno, sonríe y disfruta del ambiente que causó con su presencia y hasta imagina un mundo con heladerías, neveras y refrigeradores todo el año. Sin embargo, cae la noche y su poder aumenta escandalosamente. Los vientos azotan las ramas de los árboles, los autos disminuyen su aerodinámica y los transeúntes caminan temblando y con las caras frías. Mientras tanto en el Jirón de la Unión, el panorama se vuelve crítico. Se ve a las tiendas que lucen vacías, los vendedores de a pie que empiezan a retirarse y los que quedan se congelan en forma cinematográfica. Lo que se oye de punta a punta es:

¡¡¡Brrrrrrrrrrrr!!!.....¡¡¡Brrrrrrrrrr!!!

Nadie se salva del aliento del señor invierno. Todas las cuadras empiezan a volverse solitarias y tan solo algunos quedan dentro de la Iglesia. Los demás deciden irse y abandonar la castigante atmósfera de frío. Los comerciantes tiemblan y solo sus tripas agonizantes les dan fuerzas para continuar. Mientras tanto en el Parque Kennedy, la situación parece similar, y aunque la gente está abrigada, no pueden evitar que sus narices se congelen. En el anfiteatro Chabuca Granda, están congregados muchos, quizá solo descansando o hasta esperando a algún amigo o amiga. No obstante, los vendedores de “café express” están haciendo su "agosto". Ese café caliente que entra por las gargantas de muchas personas aplaca un poco el frío. Se puede ver el vapor de los vasos de plástico que humean y dan una sensación de calor. Sin embargo, los lustradores de calzado no descansan en su afán de trabajo, pero en ese momento de la noche, poco les preocupa a las personas si tienen brillo en los zapatos. Tan solo quieren pasar un buen rato y engañar al señor invierno, quien está trepado en un árbol y tan solo señalando transeúntes a la vez que los vientos se dirigen hacia la persona señalada. De pronto ya es medianoche y ya casi no hay transeúntes en la Av. Larco. Sin embargo, el señor invierno aprovechando tal soledad inicia un periplo por dicha avenida y al llegar hasta Larcomar, divisa en el firmamento la luna y las estrellas. En eso se le aproxima un niño, quien le ofrece un vaso de café express. El señor invierno sorprendido le pregunta:

-¿Por qué me invitas esa bebida?

-Es de parte de mi papá…….”El señor verano”.


Esgrimista

sábado, 1 de octubre de 2022

Tres elementos: Trompo, paracaidista y helado de chocolate


 

-Mira cómo hago la voladita -decía uno de los palomillas del barrio.

-¡Ya llegué. Me tardé porque tenía....!

-Eso ya no interesa. Teníamos una hora fija para reunirnos a jugar. Así que estás acá como "paracaidista".

-Bueno, bueno, no es para tanto. 

-¿Que no es para tanto? Siempre te tardas y te apareces con una excusa diferente. Pareces actor... ¿no creen?

-Muy bien, muy bien. Para que no estén tan molestos. Vamos a la tienda y les invito un helado de chocolate. ¿Qué dicen, aceptan?

-Ta que tú sí que sabes negociar. En el futuro serás vendedor de seguros o de juguetes.

-Suena bien, pero ahorita solo pienso en ser vendedor de relojes, excusas y helados de chocolate, jaja.


Esgrimista

viernes, 30 de septiembre de 2022

Tres elementos: Pop corn, bazuca y nave espacial

 


Mientras iba degustando una bolsa de pop corn en el cine; cuando en eso, de la proyección salió un disparo de bazuca contra el público. Todos quedamos muy sorprendidos y aterrados. Para eso todos los pop corn ya estaban tirados en el suelo. Y todos los espectadores ya estábamos en la calle con mucho miedo. Y seguíamos oyendo los disparos de la bazuca de la película. Sin embargo, como nunca falta un incrédulo. Hubo uno que no creía nada de lo que sus cinco sentidos le alertaban. Y se limitó a seguir sentado, e incluso seguía comiendo su pop corn. Cuando de pronto, de la proyección fílmica se aproximaba una nave espacial. Y al contrario de tener miedo, él se reía, pensando que era un truco de tecnologías. Además, tanto fue su terquedad, que se puso de pie y tiraba los objetos que habían quedado de otros espectadores. Y para colmo se aproximó y tocó el ecran, mostrando su mayor irreverencia. Y fue tanta su rebeldía, inmadurez y espíritu de kamikaze, que aquella nave espacial brotó de la pared de proyección y cargó con él. Saliendo de aquella sala y a vista y paciencia del público, la nave espacial se elevó y se perdió de entre las nubes y se fue rumbo al espacio. Sin embargo, sucedió lo impredecible. Dicho sujeto se orinó de miedo, y al darse cuenta los extraterrestres, se burlaron de él en su idioma. Luego de lo cual, se escuchó un bazucazo que lo despertó de la butaca que se había quedado dormido, producto de una píldora para dormir que tomó. Y al darse cuenta que la sala estaba vacía. Al salir a la calle se encontró cara a cara con la nave espacial.


Esgrimista

jueves, 29 de septiembre de 2022

Tres elementos: llantas, pisco sour y estatua de la Libertad

 


Siendo todavía joven me dieron ganas de viajar a un punto alejado de la ciudad. No obstante, mi motocicleta empezó a fallar. Hace unos días también había notado un desperfecto, pero hoy si sucumbió y se rompieron ambas llantas. Fue entonces que entré a un restaurante y como tenía sed y cólera, lo primero que se me ocurrió fue pedir una jarra de pisco sour. Y sin más miramientos, degusté, caté y absorbí todo aquel líquido elemento. No pasaron más de media hora, y empecé a experimentar los primeros síntomas de un hombre muy ebrio. En tal estado empecé a alucinar imágenes discordantes con la realidad. Frente a mi vista cruzó el D´Lorean de "Volver al futuro", también pude ver a E.T., y en esos momentos las imágenes no cesaban, hasta que se acabó la jarra y le pedí, casi balbuceando al mozo:

-Oe, compare... tráeme más pisco sour.

-Ya se acabó señor. Ud. se tomó la última jarra.

-¿La última?... pucha, ¿y ahora qué hago, adónde consigo más trago?

En eso contemplé algunos cuadros que adornaban la taberna. Y uno de ellos me gustó mucho. Así que me dije, seguro que allá habrá más trago.

-Chao, Ladislao, y chao colegas borrachos.

Abrí la puerta de salida y para mi mala suerte apareció. Un automóvil muy fino que me dio una buena embestida. Quedándome tirado en la pista y solo recuerdo que, en la punta delantera de aquel fino automóvil, había una réplica en miniatura de la estatua de la Libertad. Así que me dije:

-Si Mahoma no va a la montaña... la montaña vino a Mahoma... hic, hic, hic...


Esgrimista

jueves, 23 de diciembre de 2021

El despertar de Machu Picchu (cuento)

 


-¿Qué te pasa, Montaña Vieja? ¿Por qué haces tanto alboroto? -preguntó el Huascarán, muy intrigado.

            -¿Te parece poco, Huascarán, que cada año vengan turistas y hagan detrimento en nosotros, como si fuéramos pizarras a medio tiempo?

            -Tienes razón. Toda esa gente inconsciente, debería volverse consciente, y respetar el legado de sus antepasados.

            -Tú lo has dicho. Por tanto, invocaré al Apu Kontiki Wiracocha, para permitirme que haga justicia por mi cuenta.

            -Bueno, si crees que es lo mejor, hazlo, llámalo.

            -Oh, Apu Kontiki Wiracocha, escucha mi invocación. Soy yo, Machu Picchu.

            -Dime Machu Picchu, ¿por cuál de tantas razones me has invocado?

            -Oh, majestuoso señor, como seguramente habrás notado. Mucha gente, en especial turistas, dañan y pintarrajean mis laderas. Pero lo más triste, es que muchos de esos turistas son compatriotas. Eso es lo que da más cólera.

            -Tienes razón en tu enfado. ¿Qué deseas de mí?

            -Te pido me otorgues poderes para castigar a toda esa multitud, que osa dañar lo que por todo el mundo es llamado patrimonio mundial. Permíteme hacer justicia, por favor.

            -Muy bien, muy bien. Yo también creo que es hora de darles un escarmiento. Te otorgo el poder de movilizarte. El resto ya es cosa tuya.

            -Gracias, gracias, señor.

            Y así fue, que la Montaña Vieja, más conocida como Machu Picchu, luego de milenios en estado estático, como si fuera cosa de brujería, cobró motricidad. Se movió y poco a poco se fue poniendo de pie. Ante la vista y paciencia de muchos cuzqueños. Fue la novedad, la noticia, en ese momento. Y muchos ancianos se pusieron de rodillas, alabando al gran legado mundial. No obstante, hubo otras montañas que no estaban tan de acuerdo con el castigo que tenía planeado realizar. En primer lugar, estaba el Huascarán, que ya le había hecho saber su opinión. No obstante, el Aconcagua, también le manifestó su desacuerdo.

            -Pero, che, viejo… ¿no crees que es muy radical tu decisión? ¿No crees vos, que toda esa gente rebelde es así, por una mala crianza en el hogar durante sus primeros años? ¿No te parece, che, viejo?

            -Eso que dices es cierto, pero justamente, por eso que es hora de “darles de nalgadas a esos rebeldes”. ¿Tengo o no tengo razones?

            -Bueno, bueno, en parte comparto tu opinión, pero volviendo a mi argumento. Esos pibes, requieren una sanción, algo que remueva su educación y respeto. En eso estoy de acuerdo con vos. Ve y castígalos, y dales unas buenas nalgadas de mi parte, che, viejo.

            Sin más habladuría, Machu Picchu, que, aunque parezca increíble, encontró a muchos de esos muchachos rebeldes pintarrajeando nuestras construcciones incaicas, nuestros legados sin escatimar ningún respeto, como si fuera su vacilón y acto alegre, como si fuera su recuerdo, y ante este “espectáculo”, la Montaña Vieja, entró en cólera. Primero les vociferó de manera estentórea. Sin embargo, como si fueran sordos, no hacían caso del llamado de atención de Machu Picchu. Parecían estar en estado sonámbulo, quizá por el efecto de la marihuana. Así que veían a su patrimonio mundial de pie, y en vez de temerle, sorprenderles y respetarle. Desataron unas fuertes risotadas, lo cual enfureció a la Montaña Vieja. Pisándolos “literalmente”, e incluso, en vez de gritar de dolor, seguían riéndose. Del mismo modo era la actitud de los que observaban, y que también estaban haciendo detrimento y fumando del cannabis sativa.

            -¡¿Así que les parece muy divertido, no?! -estallaba Machu Picchu en cólera-. Vamos a ver, cómo reaccionan mañana cuando vuelvan a estar sanos y unos se vean cojos, otros vean que les falta un brazo, e incluso algunos sin sus cabezas. ¡Ahí los quiero ver!

            Dicho y hecho, la Montaña Vieja, castigó a aquellos muchachos rebeldes, mutilando alguna parte de sus cuerpos, y aunque suene increíble, mientras lo hacía, ellos seguían felices y con sus interminables risotadas. Y como no podía faltar, dichos cuerpos cercenados fueron hallados por las autoridades y grabados por la prensa. Como si fuera un chisme, las mutilaciones a esos rebeldes llegó a oídos de todo Cuzco primero, y al instante, ya era tema de habladuría, no solo en Perú, sino a nivel mundial. Y como si fuera cosa de chiste, muchos otros rebeldes al enterarse de estos hechos, les pareció cómico. E incluso, entre ellos decían envalentonados: “A ver, a ver, que a mí me haga eso esa montañucha, jajaja”. Luego que pasaron la noticia por todo el planeta, Machu Picchu, creyendo que los demás rebeldes escarmentarían y respetarían los legados, en este caso de Perú, pues volvió a su lugar y se puso estático una vez más. No obstante, volvió a dar la vuelta al mundo la noticia que una vez más, se había realizado detrimentos en muchos patrimonios incaicos. Se habían pintarrajeado muchos muros y demás construcciones. Por lo que Machu Picchu, una vez más entró en cólera, y volvió a pedirle al dios Sol, que le brinde la motricidad para así poder castigar a ese otro grupo rebelde. Fue así que Apu Kontiki Wiracocha, muy enojado también, inmediatamente le brindó la facultad del movimiento.

            -¿Así que ustedes también quieren “diversión”? ¿Ya no quieren vivir? -expresaba desafiante la Montaña Vieja.

            Ante estas palabras, los nuevos rebeldes, quienes también estaban bajo los efectos de la marihuana, también les causaba gracia ver a una gigantesca mole de piedra movilizarse y hablarles.

            -Muy bien, muy bien, en vista que no entienden razones por su estado estupefaciente. Tendrán el mismo castigo que los anteriores. Así que cuando amanezca mañana y vean algunas de sus extremidades mutiladas. ¡Ahí! ¡Ahí es cuando me tocará a mi carcajearme!

            Dicho y hecho, Machu Picchu, influenciado por la cólera de aquellos rebeldes, uno a uno los cogió y mutiló algunas de sus extremidades. Y al día siguiente, la noticia también voló de punta a punta. Sin embargo, cuando se encontró una vez más con el Aconcagua, fue algo inesperado:

            -¿Qué pasa amigo? ¿Por qué estás tan enfadado? -preguntó la Montaña Vieja.

            -¿Qué por qué estoy molesto? ¿No adivinas? ¿Sabés qué fue lo último que dijo uno de los que mutilaste ayer?

            -No sé. ¿Qué fue lo que dijo?

            -¡No me mates, che, no me mates!, -eran algunos de mis pibes.


Esgrimista

miércoles, 22 de diciembre de 2021

Eolo y el quinto viento (cuento)


 

Aquellos hombres, mujeres y niños, salieron disparados por doquier. Puesto que la fuerza de aquel fenómeno natural es tal, que no hay quien frene o controle su flagelante devastación. Sin embargo, al día siguiente, una vez más hizo su aparición aquel huracán, y nuevamente realizó su acto destructivo. Era como si le gustara soplar y soplar, sin siquiera tomar vuelo ni descansar. En tanto, que aquellos pobladores, viendo la única solución posible, decidieron realizarla. Es decir, invocar al dios del viento, para pedirle que controle a aquel viento que cada día devastaba sus cabañas, y todo lo remecía y expulsaba por los aires.

            -Oh, señor Eolo, dios del viento, escúchanos por favor -decía uno de los ancianos, inclinando la cabeza, como mirando al suelo.

            -¿Quién me invoca? ¿Quién osa requerir mi ayuda? -responde medio serio, Eolo, acompañado de unos círculos de viento que giraban y giraban debajo de él.

            -Dios del viento, por favor, te pedimos que controles a aquel huracán que nos “ataca” a diario. Te suplicamos, señor Eolo.

            -Muy bien, me encargaré de aquel huracán. Sin embargo, a cambio, me tendrán que cumplir tres condiciones.

            -Muy bien señor, te escuchamos -expresó el anciano, arrodillado y sosteniendo su báculo.

            -La primera misión será entregarme a cinco doncellas, y de entre ellas, elegiré la que será mi esposa. Muy bien, la segunda misión será escalar aquella montaña que ves por allá, a lo lejos, y traerme un papiro, pero que de ninguna manera deberán leer su contenido, o sino automáticamente el que lo lea quedará convertido en cristal. Y la tercera misión será, algo muy sencillo, o terriblemente imposible. Depende de quien lo mire. Lo que pido es que me traigan un trozo de la luna. Una vez que cumplan con las tres misiones, nunca más tendrán que preocuparse por los huracanes ni de ningún fenómeno natural.

            -Muy bien señor Eolo. Cumpliremos sus tres peticiones.

            Y una vez que se dijo estas misiones, el dios del viento, tal como apareció con círculos de viento girando debajo de él, desapareció. Así que los ancianos y jóvenes de aquella comunidad se reunieron para sopesar el cumplimiento de las tres peticiones. Y luego de mucho cuchicheo y habladuría, eligieron en medio del llanto e infinitas lágrimas, las que serían, las cinco doncellas, que como recordamos, el dios Eolo de entre ellas elegiría cuál sería su esposa. Una vez que ya estaban reunidas las cinco vírgenes, se procedió a cumplir el segundo deseo de Eolo. Es decir, traer un papiro que habrían de encontrarlo en aquella montaña que les señaló el dios del viento. Fue así, que tres jóvenes se ofrecieron de voluntarios, para escalar aquella montaña. Entonces fueron subiendo cada vez más y más alto, hasta que ya estuvieron por la mitad, pero inesperadamente, uno de ellos resbaló y se precipitó a tierra, muriendo en el acto. Esto fue visto por los otros dos escaladores, y obvio, por todos los que estaban teniendo su mirada fija en los que estaban escalando la montaña. Ya faltaba muy poco, ya casi podían saborear el triunfo. Así que llegaron a la cima, pero inesperadamente uno de ellos sufrió un ataque cardiaco, y ante la impotencia de su compañero, perdió la vida. Quizá por el excesivo esfuerzo que había realizado. Quedó el tercero y último. Teniendo y cargado de valor y buena voluntad, observó que había una especie de cueva. Se las ingenió para improvisar una antorcha, y empezó a ingresar e introducirse cada vez más y más adentro. Miraba a todos lados, alumbrando con su antorcha, pero solo veía rocas y más rocas. Empezaba a desanimarse, hasta que encontró al susodicho papiro. En ese momento recordó la indicación que les había dicho el dios del viento. Así que tomó el papiro que estaba enrollado como casi todos los papiros, pero no pudo dejar de observar un lazo, en el que estaba escrito una frase, que decía: “Al portador de este mensaje se le otorgará…”. Y justo cuando iba a enterarse de la fortuna que le esperaba, el lazo no dejaba terminar de leer. Por lo cual, temeroso de lo que podía pasarle. Se llenó de voluntad y se dispuso a caminar hacia el exterior de la cueva. Ya estaba afuera, invadido por la luz del día. Se sentía triunfador, pero de repente, lo carcomió aquel final del mensaje que estaba escrito en aquel lazo. Y sin poder detenerse, desató el lazo y antes que pudiera terminar de leer, una luz brotó de aquel pergamino, quedando convertido en cristal. Y para remate, por la fuerza de los vientos, su cuerpo de cristal fue empujado hacia el abismo. Los que estaban esperando en la parte de abajo, observaban horrorizados cómo un cuerpo caía. Parecía caer en cámara lenta. Metro tras metro, centímetro tras centímetro. Hasta que al fin tocó tierra y se hizo añicos al instante. Todos los presentes estaban horrorizados. Ya que antes habían visto caer al primer escalador, y que falleció. Y al observar a aquellos cristales, vieron también al papiro. Y como si fuera un “efecto dominó” de chisme. Conforme fueron leyendo, iban cayendo a tierra los que desafiaban las órdenes de Eolo. Terminando por dar muerte a todos o a casi todos. Para esto, el dios del viento ya estaba al tanto de la desgracia. Así que tomó por esposa a la única que quedó en pie, es decir, la única que evitó leer aquel pergamino. Lamentó, Eolo la desgracia de toda aquella comunidad. No obstante, evaluó los hechos, y casi como pensando en voz alta o dirigiendo su palabra a la doncella que quedó en pie.

            -Bueno, bueno, parece que los tres valientes que se lanzaron a cumplir mis peticiones han fracasado. Por tanto, mi huracán seguirá libre, como perro en su casa.

            Y ya cuando se disponía a desaparecer con su flamante esposa, ella le preguntó si hubiera existido la posibilidad, que alguno de ellos lograse traer una roca de la luna. Él la contempló serio por unos segundos, pero luego se esbozó en su rostro una sonrisa.

            -Mira querida…estamos en un tiempo anacrónico, y, además, te cuento que recién el ser humano logrará pisar la luna en el año 1969. Sí, en aquel año será. Dicho viajero espacial será recordado por las infinitas generaciones. Me parece recordar su nombre. Sí, ya recuerdo…será un tal Neil Armstrong.

Finalmente, pasaron los años y una nueva comunidad se formó. Y una vez más, el huracán se hacía presente casi a diario, por lo que los ancianos y demás jóvenes, invocaron a Eolo, y expresándole sus desdichas.

-Oh, señor Eolo, dios del viento, invocamos tu presencia -pronunció uno de los ancianos con mucho respeto y con cierta esperanza.

-Ya me temía que llegaría este día. Y como la realidad parece ser cíclica, yo mismo ordenaré a mis huracanes que devasten y den muerte a toda vuestra comunidad y demás comunidades.

-Pero señor, ¿quiere decir que la raza humana se extinguirá para siempre?

-No, no será para siempre…será hasta 1969.



Esgrimista

martes, 21 de diciembre de 2021

Los universos paralelos (cuento)

 


Suena alucinante pensarlo, pero quién sabe si alternamente, existiesen otras realidades, que estarían aconteciendo en este preciso momento. Hechos que ignoramos, pero, que, con tanta creatividad cinematográfica, nuestra mente pareciera que urge de aquellas vivencias, que no son otra cosa que poner en el planeta, que a propósito podría seguir afirmándose que es plano. Además, que otras realidades paralelas, podrían estar experimentando que la invención de la escritura se habría creado de manera distinta. Sin embargo, no solo en la Tierra habrían acontecido peripecias, sino que en las alturas los ángeles y demonios están resolviendo sus diferencias, de tal manera que en el cielo y el infierno están echando chispas. Por otro lado, en los anaquélicos terrenos, nuestros libros -muchos de ellos, que ya están muy maltratados-, pero que para eso ya Ricardo Palma “El bibliotecario mendigo”, en vano se habría esforzado, puesto que cómo iba a imaginarse que pasados muchos años surgirían las nuevas tecnologías como las computadoras, el Internet, los celulares y demás modernidades, que procesan e imprimen cada vez más y más libros cada año. Además, continuando con nuestro vistazo hacia los otros universos paralelos, veamos en la conocidísima novela de Vargas Llosa, “La ciudad y los perros”, donde el Esclavo se trompea con el Jaguar, y a vista y paciencia de sus compañeros, se ganó el respeto e incluso el temor de los demás cadetes. Luego, pasando a otros puntos, los Mayas tuvieron la razón, y el mundo se acabó en el 2012 (en aquel universo paralelo). Ya no estaría ni yo escribiendo ni ustedes leyendo. Por suerte, se equivocaron, pero, sin embargo, queda la gran incógnita, que es la madre de las incógnitas. Prosiguiendo con nuestro periscopio, Perú ganó en el reciente y finiquitado mundial Rusia 2018. Y como era de esperarse, todo el país brincó en un pie, y además que todos están con una sonrisa de oreja a oreja. Y tomando cerveza hasta el fin de los tiempos. Otro de los logros, en uno de los universos paralelos, es que la astronomía y tecnología han avanzado tanto, que se ha empezado con los viajes turísticos en el sistema solar (para empezar). Además, aunque suene imposible, ahora algo aún más ambicioso…la vida eterna. A simple vista un sueño existencial y temor a la dama de la guadaña, pero, conforme pasó el tiempo, se desató una terrible explosión demográfica, y se tuvo que iniciar los viajes espaciales y las migraciones a otros planetas. Volviendo al terreno literario, en la perínclita novela del Gabo “Cien años de soledad”, Úrsula Iguarán, quien como no estuvo presente por partir a la eternidad muy joven, se aparearon entre familiares, y el desenlace culminó con la eclosión de engendros con colas de cerdo. Siguiendo con la exploración visionaria, nuestro nivel de creatividad es tal, que Perú obtuvo cinco Premios Nobel de Literatura, y que antes de dejar estas tierras, el Gabo y Mario se dieron un fraternal y sincero abrazo. Un abrazo, que pareció que duraba décadas. Al parecer el vistazo, nos hace alucinar, y solo imagínenlo: “Habrían presentaciones de libros en los estadios”… ¡Qué tal! ¿Podría ser? Y por supuesto que serían acompañados con conciertos de rock. La humareda literaria nos hace viajar hacia una realidad, cuasi imposible. Algo que no esperaría nadie. Que las aventuras de las novelas de Julio Verne, se hicieran realidad, y que todo el que quisiese podría acompañar aquellos viajes de aventuras, en las que además podrían dialogar con el autor de las conocidísimas: “Viaje al centro de la Tierra”, “De la Tierra a la luna”, “20 mil leguas de viaje submarino”, y muchas más. Pareciera que estaríamos viajando a mundos alternos, donde lo absurdo y lo imposible no existen. Echando un vistazo ahora que el joven Harry, sí, el niño mago…Harry Potter, quien luego de tantas aventuras con otros compañeros y amigos de la infancia, pasarían los años y culminaría la historia, casándose con su compañera y amiga, Hermione Granger, quien siempre fue descrita por su creadora como la presumida “sabelotodo”. Volviendo al Perú, pero más exactamente en el tiempo de la invasión española. Dos contendientes están lidiando una “batalla intelectual”, que serían Atahualpa y el chanchero de Pizarro, y cuya contienda sería nada más que un simple, pero peliagudo juego de ajedrez. No obstante, a Atahualpa le enseñaron cinco jugadas, y su maestro quiso enseñarle más estratagemas, pero él lo detuvo y le dijo que con lo que le había enseñado bastaba y sobraba. Cruzando el charco otra vez, Homero, el cuentista mil veces nombrado y cien mil veces leído, no habría inventado “La Iliada” y “La Odisea”. A primera vista, puede ser que las famosísimas historias sobre héroes y dioses, se habrían perdido en el pasar de los tiempos. No obstante, gracias a la invención de la escritura y de los libros, han pasado muchísimos años y seguimos encandilados con todas aquellas aventuras que nos emocionan y que han sido ingredientes para adaptar las historias, a los terrenos del teatro, de la televisión, del cine, e incluso en los títeres y marionetas. Libros y libros se siguen creando, y por algunos motivos nos preguntamos sobre supuestas ucronías que se nos vienen a la mente; como por ejemplo, ¿qué hubiera pasado si el loco no hubiera sido Don Quijote, sino su creador Miguel de Cervantes?, ¿cómo la habría escrito? Y hablando de ucronías, -volviendo al Perú-, Vargas Llosa ganó las elecciones de 1990, con su partido Fredemo, -que, dicho sea de paso- muchos, pero muchos, se alegraron y hasta la actualidad estrellan sus jarros de cerveza, sin que puedan detenerse. Y quizá más de uno, habrá de recordar, la popular frase de Zavalita, que como recordamos fue uno de los personajes de la célebre obra de Vargas Llosa, “Conversación en la catedral”, en que, en una de sus páginas, dicho personaje se pregunta: “¿En qué momento se jodió el Perú?”. Obviamente que en aquella realidad alterna no cabría el motivo ni la razón. Soslayando otros terrenos de la literatura clásica, en aquella novela de Shakespeare, quedan los dos: Julieta y Romeo, felices y comiendo perdices. Una vez más, volvemos al Perú, en que Anselmo, con aquella casa verde, tuvo tal éxito que se hubo dado apertura a otras sucursales, y no solo en Piura, sino en todo el Perú. Del mismo modo, dando un salto hacia la Amazonía, donde se desarrolla sin remilgo, el “desfogue biológico”, cuya responsabilidad recae en Pantaleón Pantoja, el cual “surte” de visitadoras a los soldados, quienes la pasaban de lo lindo, hasta que fueron tales los resultados que se extendió el “proyecto de desfogue” en otras regiones, en otros departamentos y la vida se volvió una locura, donde hubo desenfreno sexual. No obstante, nos alejamos por un momento de la literatura y entramos en la historia. Una historia en la época en que San Martin soñaba tranquilamente, pero que en cambio de lo que conocemos, en el universo paralelo, él soñó con unos piratas, por lo cual, despertó violentamente y no tuvo mejor idea que proponer que la bandera tuviera aquellas características, es decir, que sería una bandera -no necesariamente negra-, pero que tendría el dibujo de un cráneo con dos huesos cruzados. Luego, llegando ya a las postrimerías de esta observación, se crearon canales de televisión literarios, y por ende series, películas, y demás proyecciones con la temática literaria. Y, por si fuera poco, hay bancos de libros, con sus acostumbradas colas, pero que con el gusto por la lectura y la cultura en general, aquellos minutos les parecían segundos a todos aquellos que esperaban, como quien espera el turno para entrar al baño, y lo hacían sin el menor remilgo. En tales bancos de libros se hacen retiros y depósitos, aunque suene extremadamente alucinante. Y, por último, dando una rápida mirada a mi realidad en aquel mundo alterno, no habría sido escritor, sino más bien, especializado en la salud mental. Pero… ¿médico o paciente?


Esgrimista

 

viernes, 17 de diciembre de 2021

La última profecía de Nostradamus (cuento)


Las extremidades empezaban a ceder, con tan inhumano castigo. Y, por si fuera poco, recibió una lluvia de azotes. De esos que dejan huella. Esa era una de las formas de punición de la temible Santa Inquisición. Esta vez era el turno de Nostradamus, quien, a pesar, que ya peinaba canas, no se salvaba del dantesco sufrimiento que las autoridades religiosas, les imponían a toda clase de seres humanos, los cuales eran calificados como en contra de las “leyes divinas”. Y mientras sus huesos crujían -literalmente-, le vino a la mente pasajes de su vida. Reminiscencias de las décadas pasadas. Aquellos tiempos en que gozaba del respeto de las autoridades, debido a sus “artes” como pitonizo y médico naturista.

            -¡Jalen más! ¡Más duro…hasta desmembrarlo! -decía uno de aquellos religiosos, quien supuestamente ejercía el mando por órdenes de los reyes católicos.

            El pobre anciano, cuyo verdadero nombre era Michel Nostredame, estaba ya casi muriendo en vida. No obstante, sus biógrafos en la actualidad dan fe de muchas predicciones que realizó y que se siguen cumpliendo. No obstante, Nostradamus no escribía como para todos, sino que lo hacía de una manera muy peculiar. Utilizando cuartetas y cada línea, en la mayoría de los casos tenía una tendencia oscurantista. Por tal, que las clases altas le tenían mayor estima. No siendo el caso para la plebe, los que no entendían debido a su iletrada condición. Han pasado casi cinco siglos, y sus predicciones siguen dejando absortos a toda la humanidad. Por ejemplo, se cumplió sobre las acciones bélicas de Adolfo Hitler, el ataque a las torres gemelas (2001), también las maniobras injerentes de los mandatarios estadounidenses, tal como Donald Trump, el cual, al igual que sus antecesores, siempre “mueve sus fichas” para tener el control y salir beneficiado. Otra de sus predicciones a cumplirse será la tan voceada Tercera Guerra Mundial. Que se iniciará con un fuerte ataque beligerante a Francia. A partir de ahí, si aquello se concreta y toma fuerza. Lo siguiente sería una invasión de árabes y musulmanes, que agravarán la detonación de esta inevitable destrucción del planeta. A estas alturas, de producirse un ataque nuclear, sería tanto el poder que desataría, que incluso serían afectados no solo Selene, sino que sus planetas vecinos más próximos.

            -¡Clemencia, por favor…clemencia! -ruega Nostradamus a los de la Santa Inquisición, quienes con abundante sadismo, ven y oyen crujir los huesos del inculpado.

            Fueron mucho más sus vaticinios, y hasta el día de hoy se fueron cumpliendo. Por ejemplo, se inventaron las curas para muchas enfermedades, también se logró la comunicación con los animales, e incluso la esperanza de vida se “estiraría” hasta los 200 años. Y mientras continuaban haciendo crujir al adivino entre adivinos, les propuso que, si lo dejaban libre, les revelaría tres predicciones. Ante tal ofrecimiento, pero, con un escepticismo tan bárbaro, que casi a risotadas aceptaron la proposición. Dicho y hecho, lo libraron de aquel aparato que lo tenían amarrado.

            -Muy bien, señores, prepárense. Lo que les voy a revelar no lo sabe nadie en el planeta -exclamaba muy serio el adivino entre adivinos-. Cuando yo desaloje esta edificación, uno de ustedes sufrirá un ataque cardiaco. Pero ahí no acaba la cosa. Otro de ustedes descubrirá una infidelidad, y, por último, a pesar de las leyes de la vida y la muerte, yo viviré eternamente.

            Todo aquello les pareció risible a los de la Santa Inquisición. No obstante, dejaron libre a Nostradamus. Y cuando ya se les había pasado la risa enfermiza, una enorme rata brincó desde el techo y cayó en la cara de uno de aquellos de la Inquisición, y fue tanto el susto y el asco, que inmediatamente su corazón se detuvo y comprobaron su muerte súbita. Aquella desgracia les borró la sonrisa, y cuando todos se retiraron a sus casas. Otro de ellos, se dio con la sorpresa de encontrar fornicando a su esposa con el hijo del panadero. Tal escena le provocó una fuerte reacción violenta, motivándolo a sacar su arma y descargando su ira, con sendos balazos. Y se dice que fue tal su coraje, y sabiendo que dicho asesinato le costaría al menos 30 años en las mazmorras. Que, en un ataque de desenfreno, tomó su arma, y abriendo su boca, se disparó un pistoletazo. Muriendo en el acto. Cuando tales hechos se propalaron, la Santa Inquisición le empezó a temer al pitonizo entre pitonizos. No obstante, lo dejaron libre, pero le advirtieron, que, si volvía a causar problemas, volverían a apresarlo y castigarlo. Aunque sus muertes dependieran de eso. Han pasado más de 500 años, y Michel Notredame, sigue escribiendo y prediciendo el futuro.

            -Así que ten cuidado amigo, que en este preciso momento podría estar vaticinando tu muerte y la de toda tu simiente. Y aunque en una oportunidad predije el fin del mundo en el año 3,797. Tal vez podría equivocarme. Ya sea que sigamos aquí por millones de millones de millones de años, pero también podría ser mañana mismo. Ya que soy adivino,…pero no Dios -finalizó su colofón, el zahorí francés.

Esgrimista

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Feria del Libro de Pueblo Libre "Ciudad con Cultura" se viste de gala


Para los amantes de la lectura se da apertura a la Feria del Libro llamada "Ciudad con Cultura", la cual se realizará en Pueblo Libre (específicamente en la cuadra 3 de la Av. Sucre) de dicho distrito.


Dicha congregación de libros se llevará a cabo desde este sábado 13 de noviembre, hasta el día 28 del presente mes. Además la entrada es gratuita y su horario de atención será entre las 11:00 am. hasta las 20:30 pm.


En este evento se contará con 40 actividades culturales, y como no podía faltar se tendrá la presencia de reconocidos artistas y escritores; además de cuentacuentos, talleres, conversatorios y recitales de poesía. Por tanto, que se invita al público en general a asistir y aprovechar esta oportunidad de enriquecer sus anaqueles y bibliotecas.


Esgrimista 


sábado, 6 de noviembre de 2021

Editorial: Reflexión post micro-relatos


Estimados lectores, inicio agradeciéndoles por darse un tiempito para leer a lo que yo les llamé "micro-relatos". Hilvanar cada uno de aquellos cuentos, fue muy relajante. Sobre todo los que también son escritores y escritoras, comprenderán el goce que causa, haber escrito, y en este caso los 30 cuentos con los cuales fue muy placentero crearlos. Gracias, muchas gracias. Y terminando esta etapa, como dicen "La función debe continuar". Así que seguiré escribiendo otros contenidos, que espero que sean de vuestro agrado. Gracias, totales.


Esgrimista




viernes, 5 de noviembre de 2021

Micro-relato 30: Tres elementos: Ovnis, centro del universo, fin del mundo


-Amigos televidentes, estamos siendo testigos del avistamiento de ovnis. Es increíble, y parece que aparecen más. Esto es insólito amigos -expresaba un reportero especializado en estos temas de otros mundos.

-Oigan, parece que tratan de comunicarse, pero su lenguaje es ininteligible -decía uno de los testigos que también estaba viendo todos los movimientos de aquellos ovnis. Que para muchos eran "platillos voladores", como toda la vida se les ha llamado.

Es así que dichos ovnis, los cuales, al intentar comunicarse, se les oía algo así como si dijeran "trioto", "trioto", "trioto. Y como podrán imaginarse, nadie entendía lo que intentaban decir. Hasta que de alguna manera, uno de ellos, empezó a hablar con un castellano "mordido". Por lo cual, aquello que no se le entendía era "tercer ojo". Y obviamente, en la época que se desarrolla la historia nadie conocía sobre aquel tercer ojo. No obstante, algunos budistas, levantaron su voz diciendo y anunciando, que ellos sabían a lo que se referían aquellos extraterrestres. Sin embargo, en esos días los científicos de la Nasa estaban "ocupados" tratando de visualizar el centro del universo. 

-Gracias a una versión mejorada del Hubble, estamos viendo el centro del universo. Aquello que en antaño, solo era una fantasía increíble. 

-Así es colegas. Ya somos testigos oculares de aquello que hace cientos de años, solo pertenecía a una utopía fuera de este mundo. 

Y mientras ellos seguían ensimismados en lo suyo, por otra parte, los militares estaban al tanto de los movimientos de aquella raza extraterrestre, a los cuales por unos momentos se les llamó triotos, porque solo eso les entendían. Sin embargo, tanto los budistas, como otras culturas, ya tenían solucionado el problema. Luego, que se solucionó el problema del idioma. Los budistas anunciaron que lo que dichos entes buscaban era el tercer ojo. 

-¿A qué se refieren? ¿No ven que todos tenemos solo dos ojos? -pronunciaban el común de los terrestres.

-No es eso a lo que se refieren aquellos extraterrestres. Es otra cosa, pero igualmente difícil de conseguir -expresó uno de los budistas.

Mucha gente, y sobre todo jóvenes y niños, pensaban o se imaginaban que se referían al amigo de Gokú, Ten Shin Han, pero les dijeron que no era eso. Teniendo a los budistas como intérpretes, aquellos Triotos, les expresaban sobre tal tema. Por lo cual, los budistas empezaban a decir y traducir diciendo: "Lo que ellos buscan es la capacidad de ver con un supuesto tercer ojo. Una facultad mística y esotérica con la cual se pueden percibir la cosas. Lo cual, no se puede ver con los dos ojos que tenemos los humanos". Y fue así que los de aquella cultura devota de Buda, lograron alcanzar la facultad del tercer ojo, pero les dijeron a todos, que estaban viendo algo terrible. Algo inesperado, para lo cual nadie estaba preparado. Les dijeron a los triotos lo que habían visto y medio asustados se despidieron, y los extrañados humanos no supieron más de aquellos. Y habiendo concordado entre los budistas, prefirieron guardar la información, tal y como lo hacen los de la Nasa. Por lo que si hubiera pasado lo que se esperaba en el 2012, en los titulares de los periódicos, de repente se verían tales como:

TERCER OJO VATICINÓ FIN DEL MUNDO

TRIOTOS ALERTARON EL FIN DE LOS FINES

NOSTRADAMUS FUE OPACADO POR BUDISTAS


Esgrimista





jueves, 4 de noviembre de 2021

Micro-relato 29: Tres elementos: Tauromaquia, gallística, nave espacial




-¡Ooolee! -decían los espectadores que se encontraban en sus asientos, siendo testigos de un crimen. Y aunque suene raro, el maestro Jirafales tenía razón al decir que las corridas de toros se iniciaron en Creta.

-¡Oooleee! -volvían a decir, todo ese público masoquista, que sin darse cuenta en aquel tiempo que estaban haciendo sufrir a aquellos animales taurinos, hasta que quede tirado y muerto en el ruedo.

A propósito de la tauromaquia, uno de los que trató este tema fue José María Arguedas, en su obra titulada "Yawar Fiesta". No obstante, él no fue quien descubrió "dicha pólvora", sino que ya era una tradición. El hecho de amarrar al lomo del toro a un cóndor, para que picotee y picotee, hasta que el animalito caiga desangrado. Según cuentan los mitos, era una forma de venganza contra la invasión de los antiguos españoles.

-¡Pero, Dios mío! ¿Cómo puede haber tanta gente que aplauda este "espectáculo"? ¿Dónde está su humanismo? -preguntaba una mujer que estaba presente allí, espectando lo que tanta gente comentaba sobre dicha carnicería, y peor aún aplaudiendo tal crimen.

Tanto la tauromaquia existe también, la gallística, donde entrenan a los gallos para enfrentarse entre sí. Para lo cual, dicho adiestramiento salvaje, incluye colocarle navajas en las patas de los pobres gallitos. Y me he acordado de aquella obra de Abraham Valdelomar, "El caballero Carmelo". Obra en que dicho personaje, se enfrentó al Ajiseco, quien muere ante la superioridad del Carmelo. Además, otro gallístico fue el Gabo (García Márquez), quien incluye esta temática por lo menos en "Cien años de soledad".

-Oigan, ya deberían eliminar dichas "funciones" de la edad media. Se debería desterrar desde la raíz -opinaba un hombre cualquiera que solía asistir a ambas prácticas de salvajismo.

-Tiene Ud. razón señor -replicó otro hombre que también estaba como espectador. Sin embargo, este último no era un simple Perico de los Palotes, sino que era un científico y astrónomo. 

Fue entonces que dicho astrónomo conversó con otros colegas y coincidieron en que esta práctica era propia de salvajes. Y que deberían "agarrar" a todos aquellos que son fanáticos de estos "espectáculos de la muerte", y desterrarlos de la faz de la Tierra.

-Pero, qué buena idea. Aunque la pregunta sería "¿cómo?

Dicha conversación quedó sobre la mesa y cada uno de ellos, se fue a su casa. Hasta que al día siguiente, se presentó la sorpresa. Una gran sorpresa. Como si dicha conversación habría sido escuchada por extraterrestres que residen en nuestro planeta. Fue entonces que un hombre que le había tocado quedarse en vigilia y cuidar durante la noche. Literalmente quedó con la cabeza viendo el firmamento, e incluso en cierto trance y laconizado.

-Oye, ¿qué pasó?, ¿qué viste? -le interrogaban.

-Yo... yo, los vi -decía como perturbado.

-Pero, ¿qué viste?

-Vi que se llevaban a los toreros y que sanaban a los toros. De igual manera, sanaron a los gallos, y se llevaron a los galleros. Parecía algo alucinante. Algo que ningún humano ha visto hasta la actualidad. Hicieron todo eso y sin perder más tiempo se fueron en su nave espacial, sumergiéndose en el océano Pacífico.


Esgrimista



miércoles, 3 de noviembre de 2021

Micro-relato 28: Tres elementos: Teléfonos, caballos, almohadas


Cierto señor entrado en años, como suele pasar en los últimos tiempos, no asimilaba ni tenía la voluntad para adaptarse a las nuevas tecnologías. Y un día pensó en voz alta:

-Graham Bell, con todo lo que se ha derivado de tu teléfono, ahora debes estar revolcándote en tu tumba. Nada como tu invento con el disco giratorio, y todo lo que significaba que en tus tiempos era lo mejor de lo mejor-. Pensó el viejo, a quien llamaban "El Popeye" (aunque más se parecía al papá).

Un buen día recibió una carta postal, puesto que como era previsible, él tenía la petrificada idea de no usar el correo electrónico. Por lo cual, leyendo la carta se enteró que un viejo amigo lo estaba invitando a un viaje en barco hacia el Triángulo de las Bermudas. Al leer esto último, se extrañó mucho por tan descabellada idea. No obstante, conforme pasaron los segundos y los minutos, ya se había hecho la idea de aceptar dicha invitación. Al día siguiente, emprendió con ayuda de sus caballos, al puerto donde lo estaba esperando su amigo al que llamaban "El hombre peligro". 

-Oiga, Peligro, ¿qué tal viejo? Ya estoy más puesto que un zapato, jaja -decía Popeye, con media sonrisa y como siempre con su bastón de la suerte.

-Vaya, vaya, qué bueno que llegaste viejo amigo. Ya iba a zarpar.

-¿Y dónde están los demás? -preguntó extrañado Popeye-. Mirando por todos lados de la embarcación.

-Jajaja, pero para qué más gente. Además, la mayoría por no decir todos, no aceptaron la invitación; es decir, el paseo hacia aquel destino -pronunció Peligro, con su mandíbula abierta hasta lo máximo-. Y supongo que si estás aquí es para viajar conmigo, ¿verdad, amigo?

-Pero claro, faltaba más. Además yo no creo en esos mitos o leyendas sobre aquel lugar que le dicen El Triángulo de las Bermudas. Yo creo que son puras patrañas. Tú dirás. Yo estoy listo.

Es así, que desde el punto de vista de Peligro, pensaba que jamás había escuchado Popeye, nada alusivo a aquel lugar milenariamente peligroso, como lo era su nombre del capitán del barco.

-Muy bien, muy bien, entonces partamos. ¡Listo, nos vamos!

El viaje empezó con viento en popa. Todo tranquilo. Pasaron un par de días, y todo iba bien. Pasaron cuatro días, y se mantenían con la expectativa de llegar a aquel lugar que decían que se localiza entre las islas Bermudas, Puerto Rico y Miami. Es así que atravesando el océano Atlántico, hicieron ingreso al terrible Triángulo de las Bermudas. Fue así que entrando sin perder permiso, los flageló un gigante huracán, y al mismo tiempo se presentó un remolino. Ya se imaginarán cómo estaba Popeye. No obstante, Peligro, ya estaba barajando la idea de cambiar de seudónimo. Hasta que luego de muchas vueltas en mar y en aire, al fin llegaron a una isla. Esperando lo peor, bajaron y se encontraron con un anciano de barbas. Ellos se impresionaron de haber encontrado a un ser humano vivo en dicho lugar. Así que lo abordaron:

-Señor, ¿dónde estamos?, ¿qué es este lugar? -preguntó el viejo Popeye, mirando sus entornos.

-Sí, míster. ¿Qué isla es esta? -pronunció también el Peligroide.

-Qué bueno que están aquí. Los estaba esperando -dijo el viejo isleño-. Una pregunta, ustedes han leído "La isla misteriosa".

Ambos náufragos se extrañaron de tal pregunta, y se miraron entre sí. Y le respondieron de manera negativa.

-¿Que no? Pues entonces hoy es un día fuera de lo común. Soy Julio, y ahora acompáñenme a...

-Un momento. Una curiosidad -dijo Peligroide, deteniendo el paso-. ¿Cuál es su apellido y desde cuando está aquí?

-Jajaja, sabia que tarde o temprano me harían esa pregunta. Estoy aquí desde 1874, y como les decía, soy Julio... Julio Verne. Y están en mi libro "La isla misteriosa". Bienvenidos, y apúrense que mis lectores siguen leyendo todo lo que hacemos. Ah, antes que me olvide, consíganse algo que puedan usar como almohadas. Puesto que cuando toca la hora de dormir, muchas veces se vuelve incómodo, muy incómodo. Y no se molesten por regresar a su barco. Ya que ya estará en las profundidades del Atlántico. Fue entonces que Popeye, pronunció:

-Demonios, en esta ocasión si nos harían falta uno de los teléfonos de Graham Bell. O unos caballos marinos del mismísimo Poseidón.


Esgrimista



martes, 2 de noviembre de 2021

Micro-relato 27: Tres elementos: Monóculo, libro de idiomas, crucigramas



-¡Ta... males! -rugió don Crespacio-. ¿Dónde habrá quedado mi monóculo? Es como si Batman saliera a la calle sin su disfraz; como si un pirata saliera sin su pata de palo. Ni modo, seguiré llenando mis crucigramas.

No obstante, este señor experimentó algo inesperado. Al querer llenarlos, no era lo mismo. Sobre todo, teniendo a la mano un libro de idiomas. Por más que intentaba leer, no podía leer ni una letra. 

-¡Rayos!, ¿qué me está pasando? -se extrañaba el septuagenario-. Sin terminar de entenderlo, se dio cuenta que ahora cuando no usaba su monóculo, no podía leer-. ¿Dónde miér... coles te has metido?

Don Crespacio, prácticamente era dependiente de aquel instrumento. Había pasado gran parte de su vida usándolo. Y cuando se le ocurrió ir a una óptica para que le hicieran otro. Grande fue su sorpresa cuando le dijeron:

-Señor, a estas alturas ya nadie usa ni fabrica monóculos. Le recomiendo que empiece a usar las gafas de dos lentes.

-¡Rotundamente, nooo! Yo quiero mi monóculo. No puedo vivir sin él. Es como si me pidieran que siga viviendo sin mi corazón. Buscaré y buscaré hasta encontrar un monóculo. He dicho y punto.

Tan hermética decisión, ya fue esparciéndose por toda su cuadra. Sus vecinos no paraban de recomendarle que use unos lentes de doble luna, pero él no escuchaba y seguía en su idea medieval.

Un buen día, pasó cerca a su casa un ropavejero, y lo más sorprendente fue que don Crespacio lo vio usando un monóculo. Con tal sorpresa, fue a hablar con él.

-Oiga, joven. ¿De dónde sacó su monóculo? -le preguntó el septuagenario, lleno de curiosidad.

-Maestro, hace un tiempo, mientras rebuscaba en las bolsas de basura, lo encontré -le comentó el joven, quien no tenía ni la más mínima intención de venderlo y mucho menos regalarlo.

-Mira joven, mi vida se acaba si tú no me das ese monóculo. Prácticamente me han dicho que ya no existen. Así que, por favor, dime cuánto quieres por él. Lo que sea, lo que sea muchacho.

Ante tales palabras de desesperación, el ropavejero, que está acostumbrado a regatear, lo "pulseó" para ver hasta dónde llega su ansiedad.

-Bien maestro, ¿qué me da si se lo entrego?

-Bueno, bueno, no tengo muchos chivilines. Tengo aquí en mi bolsillo cincuenta soles... ¿te parece?

-¿Cincuenta mangos? No maestro. Hágame una mejor oferta.

-¿Más? Mira tengo en el banco cien soles ¿Te parece? -dijo el anciano al borde de la desesperación.

-¿"Cien mangos"? No maestro, seguro habrá quien me dé más que eso.

-Bueno, ya. Me lanzo con todo. ¡Te doy mi casa! -expresó el viejo, al borde de las lágrimas que se precipitaban al suelo.

-Está bien, maestro. Me quedaré con su casa. Tenga el monóculo -dijo el ropavejero, quedándose ahora a vivir en la casa de don Crespacio.

En ese momento el anciano se sentía feliz, en la gloria; pero como la felicidad puede durar hasta tres segundos, su situación cayó a tierra como un fruto maduro.

-Por fin, tengo mi monóculo. Mi visión ha vuelto. Pero, ahora qué hago. He perdido mi casa, y no tengo familia. Así que no tengo otra. Así lo ha dictado el destino. Previamente el ropavejero le legó sus cosas. De tal modo que don Crespacio inició su "nuevo negocio". Recorrió las calles y la gente lo escuchaba decir:

-¡Fierro, catre, botiiilla! ¡Periódicos, crucigramas! -entonaba cada día, pero como la gente empezó a darle crucigramas. Nuevamente se esbozó la sonrisa en su rostro. 

Ahora era pobre, muy pobre, pero teniendo su monóculo. Se sentía el personaje más feliz de la Tierra. Un inope e indigente, pero feliz, muy feliz.

 

Esgrimista