Juan Mujica
Fortuna
del ser humano,
seguida
de la pubertad,
como
el antiguo romano,
quiere
ya su libertad.
Saliendo
de la primaria,
quiere
ya experimentar,
diversión
extraordinaria,
que
lo van a contentar.
Emociones
callejeras,
persigue
con desenfreno,
mas
ignora consejeras,
en
sus rutinas de estreno.
Lo
prohibido magnetiza,
sobre
todo en población,
con
alcohol preconiza,
su
precoz “evolución”.
No
olvidemos el tabaco,
que
acompaña la tertulia,
conversando
sobre Baco,
y
escapando de tía Julia.
Prefiere
lo moderno,
a
la hora de sus actos,
de
día su cuaderno,
y
de noche sus compactos.
Siempre
de “cacería”,
en
tonos y discotecas,
nadie
lo vencería,
ni
aun los karatecas.
El
mundo le pertenece,
sino
mira su agenda,
la
moda lo engrandece,
con
vistosa prenda.
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