Existen muchos nóveles
escritores que teniendo un digamos (manuscrito o borrador), o mejor dicho un
machote (muestra física), en primera instancia no saben cómo materializar su
obra. Es decir, volver tangible lo intangible. Hay muchos que no habrían escrito
ni cinco páginas de no ser por el premio de algún concurso literario. Pero no
deben sentirse mal por no haber ganado, ya que teniendo su machote, tienen ya
un 50% de obra lista para imprimir.
Si crees que tienes el nivel
como para hacer las correcciones ortográficas, pues hazlas. De lo contrario
encomiéndale a alguien más que lo haga por ti. Para esto ya debes haber
encontrado una editorial con la que puedas entregarle tu material, y que apruebe
tu machote. Si trabajas con una editorial tendrás la facilidad que corrijan tu
obra, diagramarla, colocarle el depósito legal en la página de créditos
previamente gestionada en la Biblioteca Nacional, que te preparen la
presentación de tu libro e incluso difundir tu obra por los medios de comunicación.
Y por supuesto que se vendan tus libros en las sucursales de las librerías.
Por supuesto que todos estos
detalles parecerían fáciles, pero como todo negocio debes tener el capital
suficiente. Sin un respaldo pecuniario todos tus planes se vendrán abajo. No
obstante, también podrías trabajar con una imprenta, pero corres el riesgo que
dicha empresa no pueda colocarte la página de créditos con el código de depósito
legal. Y además debes pisar tierra, puesto que por más rebajas que te hagan por
un mayor tiraje. Si es que no trabajas con una editorial (lo cual tampoco es un
proceso rápido en ventas), se te hará muy complicado vender tus libros.
Muchas personas envían sus
obras a editoriales grandes, las cuales no mencionaré por ser implícitas, pero
que al tiempo son rechazadas por los editores. Sin embargo, como ya lo mencioné
tu esfuerzo no está tirado al piso. Siempre es posible encontrar una pequeña
editorial en la que puedas imprimir tus libros. No obstante, los pasos que ya
mencioné debes hacerlos tú mismo.
Otros son los entusiastas que
envían sus obras a concursos, ya sean nacionales o internacionales. Sin
embargo, por cosas del destino o por unas bases desconocidas no ganan ni siquiera
una mención honrosa. Ellos tampoco deben desanimarse. Puesto que el fruto de su
cerebro no fue hecho en vano. Siempre es posible publicar una obra, aunque no
haya salido ganadora.
Algo muy importante para los
escritores es contactarse con otros escritores, con editoriales, con editores,
e incluso con personalidades de los géneros literarios: poesía, cuentos,
novela. Ya que serán ellos quienes con algo de suerte y persuasión podrán
comentar tu libro.
Espero que haya podido ayudarte
en la publicación de tu próxima obra. Confía en tu talento y ánimos, a seguir
escribiendo, ya que tienes en tus manos una mina de oro a la que hay que
explotar. Y así veas que no usufructúas con las ventas de tus libros, no te desanimes.
Recuerda que la literatura no se hizo para lucrar económicamente, sino para una
satisfacción cerebral y cultural. En parte es amor al arte, y las ganancias son
añadiduras que te caerán como granizos monetarios. ¡Suerte y a seguir
escribiendo!
Juan Mujica