Cómo no recordar a este sayayín, cuya raza al mirar la luna se transformaban en monos gigantescos y destructivos; pero que si les cortaban la cola perdían tal facultad. Y fue así que el enemigo de Gokú era Piccolo Daimakú, quien tenía la peculiaridad que si le arrancaban un brazo, instantáneamente le crecía otro.
Sin embargo, no podemos dejar recordar a Vegeta, quien era el príncipe sayayín en lo que fue el planeta Vegita, que fue destruido por el malvado Freezer. Cada capítulo que terminaba nos dejaba con la miel en los labios, y nos dejaban una pizca de lo que ocurriría en el siguiente capítulo.
Lo que tampoco podemos dejar de mencionar son las esferas del dragón; las cuales eran el motor y el eje del programa, ya que todos estaban en la búsqueda de aquellas siete esferas; puesto que si las encontraban, la persona que invocaba a Shen Long podía pedir el deseo que quisiera, y dicho dragón las cumplía; sin embargo, cuando este personaje fantástico se retiraba, las esferas se volvían a dispersar lo más lejos posible.
Esgrimista
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