Dejé mis manos cansadas
Sobre tu piel.
Deshice mis sentimientos
En un trozo de tu almohada
Con la esperanza que
dormida,
Pudieras verme mejor así
Mujer soñada.
Fuiste lo que en silencio
Quise que fueras,
Fuiste lo que quisiste
Sin importarte el barullo
Que dejaran escapar mis
labios,
En tus rincones,
Sobre tus hombros.
Me hiciste vano
Al contemplar la
esperanza,
Me hiciste creyente de una
fe
Arrodillada y cabizbaja
Por las alas falsas tu
piel.
Me volviste una promesa
rasgada
Sobre el débil latir de tu
querer,
Me hiciste un cuerpo sin
alma,
Una caricia olvidada,
Una voz empañada
Con las espesas brumas del
ayer.
Me hiciste tuyo
Mujer soñada,
Tuyo hasta el amanecer.
Percy Taira
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