Por más que en las ferias de
libros tengan una buena acogida, parece ser que los lectores-compradores, luego
que pasen aquellas actividades, cerraran sus billeteras con candados. Claro que
a veces y de vez en cuando, el público acude a las librerías, pero generalmente
adquieren los libros de sus amigos, conocidos o admirados.
Son en las ferias de libros donde
hay oportunidades, por parte de los autores, para presentar sus recientes
obras. Y los que presentan sus libros, son testigos que aquellos eventos
generalmente hay escasez de público. Y gracias a Dios, entre aquel grupito de
gente están los familiares y amigos.
Lo peor es que los autores,
quienes generalmente ponen de su bolsillo para costear y financiar sus obras,
se las tienen que ingeniar e incluso organizar ellos mismos sus presentaciones.
Y son muy pocos los que tienen la suerte de ganar concursos, de entre ellos
están los que al no ganar se quedan con el bichito de publicar.
Por último, aquella gente que
tiene las ilusiones que sus libros se vendan y los lean, son gente optimista
que gracias a Dios existe. Aquellos escritores que se auto-organizan, tienen
que hacer malabares, pero llega un momento en que se dan cuenta cuales
estrategias de venta son más rentables. Así que estimados colegas escritores,
no nos desanimemos, y sigamos adelante, utilizando las mejores estrategias de
marketing, puesto que nuestro oficio generalmente es vitalicio. ¡A seguir
escribiendo y vendiendo, “hilvanadores de sueños”!
Juan Mujica
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