martes, 5 de noviembre de 2013

Hijos del mundo



Juan Mujica

Las estrellas silenciosas,
mantienen la evidencia,
sonrisas tan graciosas,
son vástagos en potencia.

El racimo de personas,
es un brote humanitario,
los nacidos en casonas,
o en tugurio comunitario.

En año tan venidero,
anuncian los hospitales,
llegando el heredero,
preparen sus capitales.

Todo está ya listo,
repartieron invitaciones,
al nacimiento previsto,
surgirán felicitaciones.

Al llanto de inicio,
le sigue la escuela,
con golpe propicio,
la infancia vuela.

La familia numerosa,
saliendo a divertirse,
se le ve primorosa,
digno de repetirse.

Como gotas de rocío,
cayendo a la superficie,
alegran el vacío,
cual viajeros en planicie.

Pasando ya los años,
los hijos se rebelan,
aumentan los regaños,
y padres se desvelan.

Liberados de consenso,
suspiran en regocijo,
mas con aire denso,
añoran el ser hijo.

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