Juan Mujica
Las
estrellas silenciosas,
mantienen
la evidencia,
sonrisas
tan graciosas,
son
vástagos en potencia.
El
racimo de personas,
es
un brote humanitario,
los
nacidos en casonas,
o
en tugurio comunitario.
En
año tan venidero,
anuncian
los hospitales,
llegando
el heredero,
preparen
sus capitales.
Todo
está ya listo,
repartieron
invitaciones,
al
nacimiento previsto,
surgirán
felicitaciones.
Al
llanto de inicio,
le
sigue la escuela,
con
golpe propicio,
la
infancia vuela.
La
familia numerosa,
saliendo
a divertirse,
se
le ve primorosa,
digno
de repetirse.
Como
gotas de rocío,
cayendo
a la superficie,
alegran
el vacío,
cual
viajeros en planicie.
Pasando
ya los años,
los
hijos se rebelan,
aumentan
los regaños,
y
padres se desvelan.
Liberados
de consenso,
suspiran
en regocijo,
mas
con aire denso,
añoran
el ser hijo.
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