Juan Mujica
Al
ser un astro tan radiante,
tu
energía nos hermana,
vuestro
volumen es de gigante,
sin
embargo, eres estrella enana.
Tu
presencia alegra el día,
se
te extraña en la oscuridad,
no
podrías por voluntad pía,
en
las noches darnos claridad.
Por
ti las aves cantan,
también
las plantas crecen,
hasta
las ranas saltan,
pareciera
que te obedecen.
Hace
mucho te consideraban,
del
montón un astro más,
pues
tolomeicos profesaban,
que
sigues órbita con los demás.
Pero
un día revolucionario,
el
gran Copérnico establecería,
algo
realmente extraordinario,
pero
que nadie le creería.
Del
heliocentrismo retractarse tuvo,
para
poder escapar de la hoguera,
pues
tantos opositores hubo,
como
ortodoxos en madriguera.
Felizmente
en la actualidad,
el
sol ya es reconocido,
por
toda mentalidad,
como
antorcha del elegido.
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