Juan Mujica
Aunque el tiempo pase
y las hojas se
sequen,
te esperaré cual
soldado
aun después de la
muerte.
No importan los
inviernos
que enfríen mi
esperanza,
no importan las horas
que transcurren eternamente.
Entregaré mi vida por
ti,
casi al borde de la
locura
esperaré que te
decidas,
esperaré un ideal.
Tus huellas me
anuncian tu presencia,
tus latidos
enriquecen mi paciencia,
tu hálito lo percibo
cerca,
y tu sombra resplandece
entre la multitud.
Te siento a mi
alcance,
nos separa una
muralla,
la muralla del
destino,
un destino que me
pertenece
y cuyo desenlace puedo
ver.
Ya te percibo,
pero mi voz no sale,
te oigo,
pero no avanzo,
el mundo es testigo,
de mis esfuerzos por
ti.
Solo un milagro nos
unirá,
una oportunidad entre
mil,
ese milagro es mío,
y lo esperaré,
aunque la vida se
acabe,
lo esperaré,
y al fin estaremos juntos
por siempre.
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