Juan Mujica
Qué infeliz
el cavernario,
cuya
mente tan estrecha,
hace
más de un milenario,
prendió
esta despectiva mecha.
Gran muralla
de barro,
marginas
a tu antojo,
nocivo
eres como el sarro,
indeseable
cual gorgojo.
El arco
iris nos menciona,
con
fundamento de matices,
al que
amigo selecciona,
jamás comerá
perdices.
Las guerras
también hubo,
y
fueron los resultados,
por
mentalidad de cubo,
sus restos
bien sepultados.
Renuencia
de los necios,
esclavos
de su visión,
pagarán
pronto sus precios,
merecen
la prisión.
Si hablamos
de diferencias,
hay dos
muy importantes,
escojan
sus preferencias,
ser cultos
o ignorantes.
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