jueves, 11 de mayo de 2017

AIRE Y DE NADIE

Se desmorona el tiempo entre tus parpados,
tu silencio tenue navega en nuestros espacios
con una presencia de sombra y muerte.

Tu dolor es una piedra lanzada al pecho,
y tus lágrimas, fuego que arde en los ojos
cansados y ciegos de intenciones vanas y farsantes.

Amada mía,
esta noche quizá los dioses descenderán sobre tu vientre,
sobre tus pechos, sobre tus piernas,
y nadarán allí, y beberán allí y allí danzarán
a esperar a que la aurora desfallezca en su propia ruina.

Y entonces, sólo entonces,
serás tú aquella que respira
sobre esas acampanadas estrellas
que tañen de rojo el lejano horizonte
y viste de sueños tu anhelante vida.

Hasta ese momento no serás de nadie,
ni mía, ni tuya, ni de la noche,
serás de nadie como una voz perdida en el barullo,
como el silencio en medio de la opaca muerte,
serás de nadie porque nadie podrá recordarte, verte, oírte
ni llamarte.

Serás de nadie porque olvidada estarás
en los recónditos lugares donde calla el aire.

Serás aire amor y nadie querrá respirarte.



Percy Taira

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