En tu cuidad,
la mañana se extiende de manera interminable.
No hay atardecer, ni siesta,
ni contemplaciones del alma.
En tu ciudad no existen los espejos puestos
sobre el horizonte.
No hay naranjas, ni lilas,
ni inviernos ni suaves albores.
En tu ciudad
la mañana nace y no muere,
es un día constante
que no da paso a la noche.
Percy Taira
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