Desde pequeños al oír hablar o
visto por la tele, lo concerniente a la Plaza de Acho, hemos crecido con la
idea que allá se congrega gente para ver un espectáculo en que un hombre al que
llamaban torero, enfrentaba a un toro y luego de mucha parafernalia coreográfica,
terminaba por matarlo con lo que llaman las banderillas. Y al contrario, si el
toro lastimaba a su contendor, entraban otros toreros para “controlar” al
vacuno. Todo eso, según informan que ahora dicha plaza de la muerte, no solo
han retirado ese espectáculo, sino que hasta hace un tiempo lo estarían
utilizando como albergue para personas indigentes.
Este mortífero y felizmente
otrora “espectáculo” me trae a la mente el “Yawar Fiesta”, es decir, la novela
del escritor peruano José María Arguedas. En la cual, hace referencia de lo que
se justificaba por siglos como una “tradición”, en la cual, un toro era
enfrentado por muchos indígenas, y que terminaban por linchar al pobre animal,
y también resultaban corneados muchos de los participantes.
El “Yawar Fiesta” no solo es una
novela de Arguedas como muchos piensan, sino que nuestro escritor peruano se ha
basado en esta práctica secular para crear una “fotografía sangrienta” de esta
costumbre andina. Finalmente, cabe mencionar, que el autor de la novela no ha
incluido el acto que se realizaba de atar un cóndor al toro, en el cual el ave
picoteaba y picoteaba al vacuno, hasta su muerte.
Esta “tradición” que como he
mencionado no está en el “Yawar Fiesta”, servía como una venganza contra la
invasión y matanza de los antiguos españoles, contra nuestros antepasados.
Esgrimista
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