Y si hablamos de talleres que me
marcaron, vienen a mi mente dos recuerdos. Cuando todavía era estudiante, leí
un aviso que decía “Taller para futuros escritores”. Que desde luego, no pensé todavía
que llegaría a serlo, pero no desaproveché la oportunidad y me inscribí. Y
paralelamente, tenía un gusto (a medida que continuaba mis estudios de
periodismo), de compartir con compañeros y demás alumnos de mi alma máter, poemas
y artículos, los cuales previo fotocopismo entregaba como si fuera un volantero
cultural-literario.
Fue así que como hemos escuchado
a un escritor por ahí, que el periodismo era mi esposa, pero la escritura creativa era
mi amante. Y para no desaprovechar la oportunidad, contarles a ustedes sobre
unos grupos de poesía que convoqué y organicé. Situación que fue muy agradable,
y con quienes compartía mis poemas, y ya no sentía esa supuesta “soledad
poética”.
Ya siendo un exalumno, cada quien
tomó su camino. Pero obvio, con la magia del Facebook, algunos nos hemos
reencontrado virtualmente. Sin embargo, siguió pasando el tiempo, y volviendo a
los talleres, tuve la oportunidad de inscribirme en un taller de creación
literaria, situado en un museo del centro de Lima. Gracias al cual, pude juntar
muchos cuentos, que en su origen eran los ejercicios que nos dejaban a los
participantes, y como ya les conté todos ellos los volqué a la "fanta y cienfix".
Esgrimista
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