Qué
infeliz el cavernario,
cuya
mente tan estrecha,
hace más
de un milenario,
prendió
esta despectiva mecha.
Gran
muralla de barro,
marginas
a tu antojo,
nocivo
eres como el sarro,
indeseable,
cual gorgojo.
El arco
iris nos menciona,
con fundamento
de matices,
al que
amigo selecciona,
jamás
comerá perdices.
Las
guerras también hubo,
y fueron
los resultados,
por
mentalidad de cubo,
sus
restos bien sepultados.
Renuencia
de los necios,
esclavos
de su visión,
pagarán
pronto sus precios,
mereciendo
la prisión.
Si
hablamos de diferencias,
hay dos
muy importantes,
escojan
sus preferencias,
ser
cultos o ignorantes.
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