Escarbar en el pasado siempre es
motivo de añoranza, y siendo algo sobre nuestras vidas, pues en este caso son estigmas,
que, al voltear podemos decir “si, así fue”. Como lo he contado en mis
presentaciones, pues desde el cole disfrutaba escribiendo, sin sospechar que
llevaría esa pasión hacia el futuro.
Recuerdo que, en el año 1999,
decidí escribir 50 poemas, y como si fuera estímulo etéreo un amigo me hizo
llegar un aviso de un concurso de bienal de poesía (los entendidos ya saben el
organizador). Llegado el momento, participé con mis 78 poemas en rima, escritos
a máquina, con sus respectivas copias. No gané, pero eso no me desanimó, puesto
que era la primera vez que participaba en un concurso importante.
Pasado el tiempo, me volví lector
de novelas. Leía y leía, hasta que un pensamiento fue creciendo y creciendo en
mi mente: “Algún día yo también escribiré mi propia novela”. Hasta que llegó el
día y tomé la decisión de plasmar mi primera novela. Y un detalle es que como
aún no tenía computadora, pues eso no me detuvo y escribí en hojas rayadas
tamaño oficio y a lápiz. Escribí ocho capítulos, pero como llegó el momento de
seguir mis estudios de periodismo, me detuve hasta esperar poder continuar.
Esgrimista
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