Me
imagino que para muchos al leer o escuchar su nombre, Fiódor Mijáilovich
Dostoievski, inmediatamente (si es que la han leído) nos teletransporta a una
de sus mejores obras llamada “Crimen y castigo”. Es uno de los escritores de la
literatura universal que conforman los autores clásicos que superviven al paso
del tiempo. Hoy se cumplen 140 años de su partida.
Este
escritor ruso nació en Moscú el 11 de noviembre de 1821 (historia comparada con
el año de nuestra independencia). No obstante, perdió a sus padres a los 18
años, lo cual estigmatizó su destino literario y su idiosincrasia.
Son
reconocidas en sus obras el análisis de la psicología humana. Así como la
coyuntura política y social de su tiempo en la Rusia zarista.
Como
suele pasar, Dostoievski se basó para escribir sus obras, en la realidad que
contemplaba y la situación a futuro que ya era predecible.
Es
destacable una de sus mejores obras, la ya mencionada “Crimen y castigo” (1866).
Dicha novela explora la psicología humana y cuestiona el poder de la conciencia
en el desarrollo psicomotriz. Otras de sus obras son: “Los hermanos Karamazov”
(1879-1880), “Pobres gentes” (1846), “El jugador” (1866) y “Los demonios”
(1871-1872).
Falleció a causa de una hemorragia pulmonar, que tuvo como mal paralelo a un enfisema y un cuadro de epilepsia. Males clínicos con los que tuvo que luchar durante buena parte de su vida.
Esgrimista
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