-¿Tú también la sentiste?
-Sí, todas las noches aparte de despertarme,
me asusta… ¿quién será?
Al
parecer toda la cuadra se levantaba con ojeras o con sueño. Nadie sabía ni
sospechaba de donde provenía. Y a pesar que los patrulleros rondaban la zona.
Precisamente en esos momentos, todo estaba tranquilo. Y una vez que se iban,
una vez más retumbaba aquella voz fantasmagórica:
-VENGANZAAA… VENGANZAAA… JAJAJA…
En
esos instantes todos abrían los ojos y los oídos. Algunos se caían de sus camarotes,
y era una situación peor que un sismo. Y si alguno de ellos había tenido una
pesadilla, pues aquella voz la triplicaba de terror.
-CASTIGOOO… CASTIGOOO… JAJAJA…
Al
día siguiente hubo una importante reunión de los vecinos de toda la cuadra. La
situación era insostenible. Por tanto, que se tenían que tomar medidas
extremas.
-¿Qué podemos hacer? Ya no podemos
dormir tranquilos. Incluso la situación de la emergencia sanitaria y la
pandemia han pasado a segundo plano -expresó el cojo Dante, quien tenía una
pata de palo como los piratas.
-Tú lo has
dicho. La cuestión es alarmante, y si ni siquiera la policía puede solucionar
el problema, pues propongo que arreglemos el asunto mismo “Fuente Ovejuna”
-rugió su petición la vieja Marilú, quien era casi fundadora del barrio y lo
único que se sabía de ella era que leía las cartas.
Luego
de la reunión, la decisión estaba tomada. Acabarían con ese infeliz, sí o sí.
Así que se prepararon, y esa misma noche esperaron pacientes. Ya era media
noche y nada. Luego, ya eran las 2 de la madrugada y nada. Cansados de esperar,
empezaron a “cabecear” y finalmente se quedaron dormidos. Al día siguiente, la
vieja Marilú, el cojo Dante y toda la mancha del barrio se preguntaban qué
había pasado con la voz que brilló por su ausencia. No obstante, en una pared
de la cuadra había un aviso, que dejó a todos sorprendidos:
-ESTOYYY ENFERMOOO, ENFERMOOO…
DEL COVIIID…
Esgrimista
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