Para
miles de personas que somos admiradores de las obras de estos dos personajes, nos causa mucha pena
que dos de los “gigantes de la literatura”, hayan culminado una amistad que
prometía ser infinita. Se trata del puñetazo que le propinó Mario Vargas Llosa,
a su colega Gabriel García Márquez.
La
circunstancia se realizó la noche del 12 de febrero de dicho año, mientras que
muchos de nosotros estábamos por venir al mundo. En ese momento se visionaba el
documental “Los odisea de los Andes” producido por el chileno Álvaro J.
Covacevich, que se visionó en México. Aquel puñetazo pasó a la historia. Puesto
que la noticia al día siguiente no fue sobre dicho documental, sino por aquella
trompada al Gabo por parte de Mario.
Por
tanto, a partir de ese momento, los dos ingentes y talentosos escritores,
miembros del boom latinoamericano quedaron enemistados.
Entre
las especulaciones que se tienen hasta hoy en día, se dice que el Gabo se
encontraba en el hall de exhibición al lado de su esposa Mercedes Barcha,
cuando de repente entró en escena Mario y sin mayor miramiento le gritó “¡traidor!”
y le propinó el histórico derechazo al Gabo, que le cayó entre el ojo y la
nariz, con lo cual lo derribó y se precipitó al piso (haciéndonos recordar el
puñetazo que le dio George McFly a su archienemigo Biff Tannen, en la película “Volver
al futuro”).
No obstante,
incluso entre las personas que estuvieron presentes, hay versiones disyuntivas.
Unos dicen que luego que Mario le dio el puñetazo, le dijo “¡Esto fue por lo
que le dijiste a Patricia en Barcelona!”. En tanto, que otros afirman que nuestro
Nobel de Literatura no dijo “¡dijiste!”, sino “¡hiciste!”.
Por
tal, que según se recuerda, luego de muchos años enemistados, cuando Vargas
Llosa ganó el Nobel de Literatura en 2010, García Márquez escribió un
telegráfico comentario en su Twitter que decía “cuentas iguales”. Puesto que el
Gabo obtuvo dicho galardón en 1982 entre otras obras por su novela “Cien años
de soledad”.
Esgrimista
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