Jamás habríamos imaginado que aquella rutina de
comprar y usar las moneditas “rin”, para hacer cola con el propósito de comunicarnos
por teléfono, pasado el tiempo aparecerían aquellos celulares llamados o
recordados como “ladrillos”. No obstante, Steven Paul Jobs (nombre original)
nació el 24 de febrero de 1955, con la misión de revolucionar las comunicaciones
y permutar de manera vertiginosa el ingreso de los celulares que se manejan
digitalmente.
Lamentablemente, Jobs partió al cielo en 2011, a la
edad de 56 años. Dejando su legado para las siguientes generaciones. Si aún
viviera tendría 66 años, y de seguro seguiría creando, creando y revolucionando
el planeta. Si te gusta el smartphone que utilizas, levanta la mirada al cielo
y di “gracias Steve”.
Se le recuerda como un empresario pudiente, muy
hábil en los negocios informáticos y de la industria del entretenimiento
estadounidense. Si recuerdan la empresa Apple, pues él fue su co-fundador
(1976). Con su socio Steve Wozniak, teniendo como “cantera” el garaje de otro
socio llamado Ronald Wayne
Muy joven, a los 26 años ya era un magnate, gracias al desarrollo de
Apple, conjuntamente con sus socios, lo cual no significa que todo era
sencillo. Por lo que se les presentó muchos obstáculos, debido a la
competitividad de otras empresas.
Por tal, Jobs vendió todas sus acciones a excepción de una, y posteriormente volvió a incorporarse a Apple en 1997, como director ejecutivo. Hasta la fecha de 24 de agosto de 2011.
Se le debe también el desarrollo de la industria musical. Como director
de Apple, revolucionó el mundo con el ingreso del iPod (2001), y luego dio
apertura en pasarela de los iTunes (2003), que tenía su propia tienda en línea
de música. Cabe destacar que en siete años vendió más de 10.000 millones de
canciones, los cuales fueron asequibles y convenientes al precio de 0,99 USD
por cada descarga.
Y con respecto a los celulares llamados smartphones, pues
fueron ingresando a los mercados mundiales, como “efecto dominó”. Fue y sigue
siendo “el juguete de moda”. Que a propósito existen para todos los gustos y
bolsillos. Y si me preguntan qué valoro más del mío, pues que me sirve para
muchas funciones… hasta puedo hacer llamadas. Gracias, Steve Jobs, por
revolucionar las comunicaciones. ¡Feliz 66 onomástico!
Esgrimista
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