lunes, 1 de noviembre de 2021

Micro-relato 26: Tres elementos: Astrolabio, camellos, pozo de los deseos


-Colegas, a lo lejos puedo divisar algunas estrellas, y... -pronunciaba uno de los astrónomos llamado don Jonás.

-¿Ah, si?, pues nosotros hemos visto muchas. Seguramente sigue usando ese primitivo astrolabio. Ya le dijimos que use los modernos. Es más, nos han dicho que en cualquier momento podemos utilizar un telescopio cuasi igual que el Hubble.

No obstante, esa noche dicho astrónomo llamado Richard, soñó con camellos, y se dio un tiempito para buscar en el diccionario de los sueños. Y grande fue su sorpresa, al leer que eso significaba que iba a recibir una herencia. Sin embargo, no lo comentó con nadie, y siguió su vida.

-Oigan, ¿ya escucharon la noticia que en la India, han descubierto un pozo de los deseos? -comentó otro de sus colegas, llamado Rigoberto.

Sin embargo, los astrónomos más jóvenes seguían criticando al colega ancianito, el cual se sentía orgulloso de su astrolabio, y continuó su rutina de ver las estrellas con él. No obstante, algo inusual pasó. Con su instrumento antiguo pudo ver a la constelación "Ofiuco" (domador de serpientes) y "Cetus" (ballena), lo cual no habían podido hacer ni con el mismísimo telescopio Hubble.

-Don Jonás, díganos, cuál es su secreto. ¿Cómo logra ver tantas estrellas que nosotros no podemos? ¿Qué tiene de especial su astrolabio? -preguntó Richard, secundado por Rigoberto.

Sin embargo, este colega ancianito se la tenía bien guardada, y conservó su secreto hasta su último día. Por su parte, los astrónomos más jóvenes, les parecía ver de manera análoga, como si don Jonás tendría o utilizaba una máquina de escribir mecánica, y todos los demás usaban sus tablets.

-Vaya, vaya, así que un pozo de los deseos. Suena interesante. Se la tenían bien guardada los de aquel país -pensó Richard, y de un momento a otro se decidió a viajar a la India. No obstante, seguía esperando que se apareciera su herencia.

Fue entonces, que este último astrónomo una vez que terminó de poner los dos pies en dicho país, emprendió la búsqueda. No obstante, buscó y buscó, incluso hasta debajo de cada piedra, pero no encontró nada. Y como era de esperarse, se molestó tanto, pero tanto, que dejó atrás su búsqueda y volvió a su patria. Al llegar, se enteró que don Jonás ya había fallecido. Sin embargo, grande fue su sorpresa al enterarse que le había legado una herencia. Se trataba de su astrolabio, lo cual, de primera instancia tuvo una reacción de sentimientos encontrados. Pero al usar el astrolabio, tuvo una gran sorpresa. No solo encontró el Ofiuco y el Cetus, sino que pudo ver a todas luces el centro del universo. Y lo más alucinante fue que gracias a aquel astrolabio que despreciaba, pudo encontrar el susodicho "pozo de los deseos". No obstante, quedó tan impresionado que le vino un ataque y se desmayó. Por tal, que fue llevado a un hospital, pero falleció en el trayecto. Y... ¿qué pasó con el astrolabio? Pues, el fantasma de don Jonás hizo su aparición desde ultratumba y recogió su astrolabio, con el cual, siguió viendo todo el universo, hasta nuestros días. 


Esgrimista



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