Juan Mujica
Estamos en el año 2062 y la tecnología ha
avanzado considerablemente. Los estudios de astronomía son muy modernos, e
incluso en el Perú se tiene una base desde donde se observan los astros del
espacio. Dicha base se llama CUP (Cosmología y Ufología del Perú) y en Estados
Unidos se repotenció la ahora llamada Neo Nasa. Y desde hace 76 años los
humanos han observado el movimiento de los astros, tanto satélites naturales,
planetas, estrellas, agujeros negros e incluso han podido ver el centro del
universo. De pronto en la base CUP –quienes esperan al igual que todo el
planeta la pasada del cometa Halley-, el movimiento es desesperante y no es
para menos, ya que de no verlo ahora tendrían que esperar 76 años más. Así que
el líder de los astrónomos se dirige a los demás de la base:
-Señores,
como ya todos sabemos el cometa Halley pasará en unos momentos más. Así que
estemos atentos. Y no olviden pedir un deseo como es la costumbre desde que
Edmond Halley lo descubrió en 1705
Mientras
tanto en la Neo Nasa también estaban alertas de lo que estaba sucediendo al
contorno de la Tierra, e incluso estaban con copas en mano para celebrar el
magno acontecimiento:
-Dentro
de algunos minutos pasará una vez más el cometa Halley, luego de haber estado
en su órbita los últimos 76 años. Ya saben que tienen que pedir un deseo como
es acostumbrado en esta clase de eventos.
Dicho
y hecho, el Halley en el año 2062 se desplazaba cerca a la Tierra; sin embargo,
algo los alertó, ya que según los radares un meteorito gigante se acercaba
peligrosamente, e incluso los astrónomos calculaban que tendría un curso de
intersección contra el Halley. Es por eso que por el descomunal volumen del
meteorito se pensó lo peor. En la Neo Nasa se calculaba que aquel meteorito en
caso de colisionar con la Tierra tendría una secuela devastadora, caiga donde
caiga, la colisión sería fatal.
-Capitán,
en veinte minutos sucederá la colisión. Aquel gigante se estrellará contra el
Halley –manifestaba el subalterno lleno de nervios.
-Bien,
solo nos queda esperar. Ya no podemos hacer nada. Comuníquense con sus familias
y despídanse –decía el capitán resignado a lo peor.
Ya
solo faltaban 5 minutos y la información voló como un chisme de norte a sur y
de oeste a este. Y ya todos sabían que el gigante meteorito chocaría contra el
Halley. Y paradójicamente la gente salió a las calles a celebrar y morbosamente
a ver la terrible colisión. Faltaba un minuto y la gente en las calles. Los
astrónomos desesperados y abrazándose entre sí. Diez segundos y el choque era
inminente. Y empezaron a rezar los astrónomos y la gente en las calles con
champaña en mano y decían “salud, salud”. Cuando de pronto, el gigante
meteorito hizo colisión contra el cometa Halley y a pesar de todos los
pronósticos sucedió lo que tenía que pasar: la fuerza del cometa agujereó al
meteorito y terminó por destruirlo. No obstante, los restos del meteorito
salpicaron hacía la Tierra y lo que empezó como unos fuegos artificiales,
terminó como una lluvia de aerolitos. Cayendo a diestra y siniestra. Muchos
cayeron sobre personas que murieron del golpe, y otros quedaron sumamente
heridos. Y lo más desconcertante es que no se supo nunca de donde salió aquel
gigante meteorito que burló los radares y que casi pudo ser la destrucción de
la Tierra. Quedando el cometa Halley como el héroe del día y se le llamó King
Halley. Y su imagen voló por todas partes y la Tierra continuó con su órbita
los próximos 76 años, es decir hasta el año 2138
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