Miriam R. Krüger
El amor por la lectura, la pasión por los libros, el hábito de leer, se
suele decir que se cultiva en la infancia. Por ejemplo, por ahí leí que si
quieres que tu hijo(a) tenga una predisposición a la lectura es bueno cuando es
bebé que a partir de siete meses le des libros, revistas, etc, pues esto le
creará de manera inconsciente este hábito. Sin embargo, yo considero que el hábito
de la lectura no es necesariamente en la infancia que se adquiere; incluso en
edad adulta este hábito puede nacer.
Se dicen muchas cosas para motivar a las personas a leer; se escriben muchos
artículos, incluso libros; el primero que me viene a la mente es Comme un Roman
de Daniel Pennac, vaya libro, toda una motivación.
Pero a este punto yo me pregunto, si uno no tiene la costumbre de leer
entonces cómo hará para leer todos esos libros o artículos donde se explica cómo
crear el hábito de la lectura? Si nosotros mismos no amamos leer, como podemos
entonces transmitir este maravilloso hábito a nuestros hijos, cómo transmitir
algo que no sentimos?
Los libros nos abren las puertas del mundo y del más allá, no porque lo
diga yo, esto lo puede afirmar cualquier persona que suele leer y refugiarse en
los libros; porque sí; los libros también son un refugio. Podemos leer
muchos libros, pero sin duda hay libros que nos marcan, libros que se vuelven
especiales, que leemos una y otra vez con la misma emoción; libros que por un
motivo u otro le cogemos un cariño especial y lo conservamos como todo un
tesoro.
Hay muchas iniciativas para promover la lectura o mejor dicho los libros
que al final se olvida su función principal, y se vuelve tan solo un
objeto de moda, de designe, de decoración y es así que encontramos estanterías
para libros en una posición particular; encontramos esculturas, porque al final
ya no importa si lees el libro, lo que importa es qué cosa puedes hacer con el
libro, al final importa su apariencia y el toque intelectual que da a tu
departamento.
Algunas personas suelen decir que basta ver la biblioteca personal de
una persona para saber con quién estás tratando. A este punto no falta quien
use los libros como objeto de seducción adoptando la típica frase "Vamos a
mi depa para que escuches mis nuevos CD's?" por " Vamos a mi depa?,
tengo unos libros que me gustaría mostrarte". Otros simplemente utilizan
los libros para crearse una imagen en sociedad, según ellos leer los hace lucir
sexys, inteligentes, incluso leí por ahí que leer te hace adelgazar !. Como
escribió Daniel Pennac, “El verbo leer no soporta
el imperativo, aversión que comparte con algunos otros verbos: el verbo amar,
el verbo soñar...".
Yo por mi parte no les prometo nada, solo puedo decir que leer es un
placer solitario, no se puede negar la satisfacción o el suspiro que nos
arranca un libro y quien lo probó lo sabe.
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