lunes, 14 de abril de 2014

Noé, la película

Noé (Russell Crowe), hijo del asesinado Lamec y nieto de Matusalén (Anthony Hopkins) recibe la revelación divina de un diluvio que aniquilará toda especie viviente (salvo, se entiende, peces y anfibios) y la misión de construir un arca en la que ingresarán su esposa Naameh (Jennifer Connelly), sus hijos Cam (Lohgan Lerman), Sem (Douglas Booth) y Jafet (Leo McHugh Carroll) y su hijastra Ila (Emma Watson). El Creador (nunca se menciona la palabra Dios en la cinta) le da las medidas del arca y la tarea de salvar a los animales. Antes del diluvio, deberá pelear con Tubal Caín (Ray Winston) y su tribu, para lo cual recibe ayuda de los Vigilantes, monstruosos seres de roca con las voces de Nick Nolte, Mark Margolis y Frank Langella.

No somos especialistas en la Biblia pero, pese a su fidelidad en términos generales a la historia narrada en el Génesis, los coguionistas la alteran por razones dramáticas. Así, el mandato divino incluye a los hijos de Noé y sus esposas como pasajeros del arca (aquí solo está Ila). De igual modo, confieren poderes mágicos a Matusalén y, por cierto, no hay “Vigilantes”, aunque el texto bíblico habla de la existencia de Gigantes (“hombres fuertes y malvados”), de modo que su conversión en ángeles caídos redimidos por su defensa de Noé puede ser tomada como licencia poética. Tampoco consta la presencia de un intruso en el arca, que tardó un siglo (tiempo simbólico, no fílmico) en ser construida.


LaRepublica.pe

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