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jueves, 1 de abril de 2021

El esclavo de sus palabras (cuento)



Cada madrugada se repetía lo mismo. En sus sueños escuchaba palabras que en algún momento brotaban de sus mismos labios. Y entre ellas estaban: ostracismo, declive, inopinado, fobia, peculado, abigeo, firmamento, prevaricato, mercenario, anaquel, tinterillo, epílogo, epíteto, cúmulo, etc.

         No obstante, sus días pasaban de manera habitual; sin embargo, Jonás era un lingüista y hombre de letras. Acostumbrado a sacar a relucir su léxico académico. Aquello lo hacía sentir importante. Y no se perdía la oportunidad de erupcionar su gran vocabulario ante los presentes. Sin embargo, llegada la noche, a pesar que temía que volvieran a aparecer sus palabras más utilizadas. Poco a poco, sus párpados le fueron venciendo, venciendo, hasta que se quedó dormido otra vez. Y fue allí que, en plena madrugada, volvió a soñar: opa, cenit, prestidigitador, misántropo, estalactita, anacrónico, espeleología, xenofobia, parietal, pléyade, estomatología, perínclito, halterofilia…

         Despertó y nuevamente se sentía fastidiado, y decidió ir con un psicólogo, el cual le explicó en lenguaje simple su problema; sin embargo, como quien dice “no pudo con su genio”, y mientras el psicólogo le fue hablando, Jonás en su mente reemplazaba las palabras simples por las más rebuscadas. Y por un instante, haciendo un “flash black”, recordó que cuando estuvo en el colegio, alucinaba con otro compañero que su profesor de matemáticas soñaba con números que lo perseguían. Vaya destino, que le dio de su propia medicina. Sin embargo, como las sugerencias que le dio el psicólogo no lo sanaron de su patología onírica. Le recomendaron ir donde un psiquiatra. Fue entonces que le recetó un medicamento que lo haría dormir sin dichas pesadillas “palabrafóbicas”. Esa misma noche tomó la pastilla y Morfeo lo visitó hasta que se despertó al día siguiente muy tranquilo. Se sentía muy aliviado. Había dormido como roca, sin pesadillas. Se sintió muy bien. No obstante, cuando salió a darle la cara a su habitual vida, sucedió lo inesperado. Su léxico se había reducido a un octavo de lo normal. Al principio no le dio importancia, pero cuando dicho problema en su día a día limitaba su facilidad de palabra. E incluso, cuando debía tomar la palabra, se sintió como si estuviera todavía en primaria. Por lo cual se asustó; creyendo que se quedaría así para siempre. No obstante, “experimentó” qué pasaba si no tomaba la pastilla medicada por el psiquiatra. Fue así que se recostó y poco a poco empezó a conciliar el sueño. Más sueño y más sueño. Hasta que emanaron en su mente: inexorable, lúdico, bucólico, pícnico, astrología, nigromancia, parapsicología, aurora, barritar, balar, ecuménico, peristálgico, coprolalia, pangea, númen, enjambre…

         Cuando en eso, al despertar sintió algo diferente. No era el mismo, y cuando empezó a comunicarse, le pareció como algo mágico, que su léxico había vuelto a aparecer. Se sentía miembro de la RAE (Real Academia Española). Por tanto, dejó de tomar aquellas pastillas, y toleró aquellas pesadillas con las palabras. Aquella semántica, aquel problema gramatical, aquella sinopsis, aquel exordio, aquel…. Bueno, bueno, en fin, ya duermo tranquilo. A pesar de aquella pesadilla nocturna, prefiero soñar con mi vocabulario.

-Ya, ya, Jonás. Descansa, que ya viene el “trencito de palabras” para esta noche -expresó Morfeo, quien acogió en sus terrenos oníricos a mí; que con el tiempo se me llamó “El señor diccionario”.


Esgrimista

lunes, 22 de febrero de 2021

DRAE en línea sobrepasó las 1,000 millones de “visitas” y Perú figura en V lugar

 


(foto: Agencia Andina)


Hace un par de décadas navegaba por mi mente, la idea que tenía una buena cantidad de palabras almacenadas y/o aprendidas. Sentía que estaba privilegiado y entendía las palabras que utilizaban los colegas periodistas y los políticos. No obstante, ahora, aunque suene paradójico. Me doy cuenta que me falta mucho, pero infinitamente mucho por aprender.

 

Sin embargo, volviendo al tema que nos converge. El Diccionario de la Lengua Española en línea, contabilizó que el último año hubo más de 1,000 millones de consultas. Y que entre las palabras más buscadas figuran: confinamiento, pandemia, ciencia, cuarentena, resiliencia, asintomático, procrastinar, ético y bizarro.

 

Dicho cálculo, según la Drae ha sido resultado de la coyuntura internacional; de la pandemia que en muchos casos ha obligado a muchas personas del planeta, a informarse de aquellos términos que en muchos casos no están a la mano del vocabulario del común de los mortales (me cuento entre ellos).

 

Además, también se ha contabilizado que entre los países que más han consultado a dicho diccionario en línea, están España, México, Colombia, Argentina, Perú, Chile, Estados Unidos, Ecuador, Venezuela y Guatemala.

 

Por tanto, que, en el último año de los 700 millones de consultas registradas entre febrero de 2,019 a enero de 2,020, se ha elevado a los más de mil millones de consultas, que sería un incremento del 45,25%.


Esgrimista

sábado, 6 de noviembre de 2010

¿Qué hacer frente a los cambios que ha hecho la RAE en el castellano?

Juan Mujica

Realmente para muchos ha sido sorpresivo los cambios que ha realizado la Real Academia Española (RAE), en que se ha modificado muchos aspectos del castellano. Ya estábamos acostumbrados un sector a respetar los lineamientos que indicaban y que en determinado momento aprendimos: temprano o tarde, pero aprendimos. Sin embargo, ahora con lo que ha hecho la RAE tendremos que reorganizarnos en nuestro cotidiano decir y escribir.

Algunos de los cambios que se han hecho, como ya estarán informados es que la "i griega" ahora se llamará "ye" (cambio que ya se había hecho con mucha anterioridad); luego la "ch" y la "ll" han sido elimadas del alfabeto (otros desterrados); además "guion" ya no llevará tilde; prosiguiendo la "o" ya no llevará tilde entre números (lo que nos dificultará el entendimiento); y solo también se escribirá sin tilde. Son algunas de las variaciones que se han hecho en función del controvertido criterio de la Real Academia Española, por lo que se tendría que modificar las nuevas ediciones que salgan en su diccionario. Incluso el alfabeto ahora será de 27 letras.

Ahora, el problema está en que por el uso acostumbrado del castellano, nos será un poco difícil acordarnos de todas estas nuevas reglas y otras que estarán por ahí. Así que se me ocurre que tal vez sería bueno que prepararan talleres de lengua o castellano, en que pudiéramos aprender todos los cambios que ha sufrido nuestro mil veces maldecido idioma de Castilla, ya que nos sería muy útil sobre todo al momento de escribir. Verbigracia, en estos precisos momentos yo de repente estaría violando las nuevas reglas de escritura. Así que a poner empeño y hacer lo posible por adaptarnos a las nuevas variaciones en el nuevo castellano.

jueves, 28 de octubre de 2010

“Cuerazo”, “causa”, “pata”, entre otras jergas ya están en el diccionario de la RAE


En la última edición del diccionario de la Real Academia Española (RAE), según fuentes fidedignas, ya se han admitido términos como: ‘maletear’, ‘bolondrón’, ‘trome’, ‘cuerazo’, ‘causa’, ‘pata’, etc. Dichas jergas ya estarían incluidas en dicho diccionario y su incorporación así como la de 22 mil términos americanistas y/o peruanos se habrían adherido en los últimos 50 años.

El director de la RAE, Víctor García de la Concha, explicó que el diccionario recoge palabras "que siendo de uso común tienen en Latinoamérica un significado distinto del que tienen en el español", como ejemplo citó el término "banqueta" que en España es un asiento y en México significa acera.

Asimismo, el diccionario incluye ocho apéndices de temas como nomenclatura gubernamental, militar y monetaria de los diferentes países americanos donde se habla español, así como de siglas de uso común y de gentilicios.