Cierta
mañana de verano, el abominable hombre de las nieves, más conocido como el
Yeti, le dejó el recado a Papa Noel que se iba a visitar a su entrañable amigo
Pie Grande. Sin embargo, como la computadora de este último estaba malograda,
no llegó a recibir el correo electrónico de su amigo en que le anunciaba su
llegada.
Dicho
y hecho, el Yeti llegó hasta donde se encontraba su amigo en un bosque
misterioso. Estaba descansando de lo lindo, meditando y haciendo la digestión
luego de haberse comido un par de zapatos que le regalaron, pero que no le
habían quedado y no vio mejor idea que aunarlos a su menú.
El
encuentro fue apoteósico. Los dos monstruos se dieron varios abrazos y luego el
anfitrión lo invitó a tomar asiento, pero también le invitó un par de cervezas.
Estuvieron conversando sobre lo cargosos que habían sido los humanos tratando
de encontrarlos y fotografiarlos para alcanzar fama.
Como
comprenderán el lenguaje que utilizaban era rudimentario y primitivo. Algo así
como:
-Grrrr….humanos
malditos, tener que asesinarlos para dejar de joder.
-Claro,
no poder vivir en paz con tantos de ellos invadiendo nuestras tierras…grrr.
Cuando ya se hizo de noche, el Yeti
le dijo a Pie Grande que tenía que acostarse temprano, porque necesitaba
madrugar, ya que Papa Noel le había pedido que lo ayude a cambiar las llantas
de su trineo. Pie Grande comprendió y lo invitó a que se quedara a dormir en su
lujosa cueva, y así podría despertarse temprano, gracias a su gallo que lo
tenía amenazado que el día que no cante se lo come.
Los
dos amigos se durmieron y al día siguiente, el Yeti despertó muy molesto y le
dijo a Pie Grande:
-Tú
roncar muy fuerte y robarte las sábanas, grrrr.
-Disculpar
amigo, pero tampoco tú ser muy educado. Hablar dormido y ventosearte cinco
veces.
Los dos amigos se disculparon y el
Yeti partió al polo norte muy temprano, y Pie Grande le deseó muchos éxitos,
luego que los paparazzis tomaron muchas fotos de ambos. A ellos no les gustó
aquellas tomas, pero antes de desaparecer les enseñaron el dedo medio que
también fotografiaron.
Juan Mujica
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