Un día como hoy 10 de diciembre
de 1896, el químico sueco Alfred Nobel
falleció, tras sentirse responsable que haber inventado un arma tan peligrosa
como lo es la dinamita. Y sintiéndose tan arrepentido, no encontró mejor manera
de resarcir dicha culpa que donó su fortuna en pro de los Premios Nobel, los
cuales serían otorgados a las personas que destacasen año a año en Medicina,
Física, Química, Literatura, Paz, y luego de un tiempo se incorporó el de
Economía.
Su nombre completo es Alfred Bernhard Nobel, quien vino al
mundo un 21 de octubre de 1883, en Estocolmo, Suecia.
Entre sus oficios y talentos
destacan haber sido químico, ingeniero, inventor e incluso fabricante de armas.
Y como ya mencionamos, al inventar la dinamita quedó grabado su nombre, para la
posteridad.
Se le adjudicó la compañía
Bofors, la cual dirigió desde la producción de hierro y acero, e incluso
construcción de cañones, entre otras armas letales.
Nobel creció
en una familia de ingenieros. Además a los 9 años, lo trasladaron a Rusia
conjuntamente con su familia. País donde él y sus hermanos realizaron estudios
en ciencias naturales y humanidades.
Incluso se sabe que incurrió en
la creación literaria, escribiendo poemas en inglés. Además hilvanó prosa,
escribiendo una obra a la que llamó Némesis, la cual fue una tragedia (literariamente
hablando) y cuyo episodio de Beatrice Cenci, le valió de numen gracias a la
performance de Shelley The Cenci.
Estando ya casi en las
postrimerías de su vida, escribió su testamento, el 27 de noviembre de 1895,
fecha en que se encontraba en el Club Sueco-Noruego, en París.
Sin embargo, debido a un
infarto se vio cara a cara con la muerte, el 10 de diciembre de 1896, cuando
tenía la edad de 63 años. Por tanto, se le rinde homenaje al legado que dejó,
pero que quizá pensó que no había resarcido el daño provocado con el invento de
la dinamita, la cual un día, siguiendo la misma línea podría ser la destrucción
del planeta.
Juan Mujica
No hay comentarios:
Publicar un comentario