De entre nuestros héroes peruanos destaca un
personaje, sin cuya acción no tendríamos la biblioteca que tenemos. Se trata de
Ricardo Palma, quien fue llamado “El bibliotecario mendigo”. Ya que si nos
trasladamos mágicamente al año 1879, podríamos estar presentes en plena guerra
con el país sureño de Chile. En aquel tiempo, el autor de la famosa obra
“Tradiciones Peruanas”, al ver que los chilenos destruyeron y robaron muchos de
nuestros libros. Palma tomó la decisión de recolectar muchos de los libros que
hasta ahora subsisten en las dos bibliotecas de nuestra capital.
-¿Cómo se llamaba aquel personaje que fue llamado “El
bibliotecario mendigo”? –preguntaba un estudiante a su compañero.
-¿Qué ya te olvidaste? Fue Ricardo Palma. Todo un héroe,
quien juntó y juntó muchos libros, de por acá y por allá. Hasta que llegado un
momento vio que había hecho su mejor esfuerzo. Sin embargo, se tuvo que
construir un nuevo local en el distrito de San Borja, ya que en el local del
Centro de Lima, ya no hay espacio para tanta cantidad de libros.
-Ok, ya estoy recordando. Y también recuerdo aquel
enfrentamiento con los chilenos. Cómo me gustaría estar en ese lugar, en
aquella época –replicó su compañero.
-Pues entonces agárrate que mágicamente vamos a viajar en el
tiempo hasta el año 1879 –dijo el otro compañero.
Y ante la incredulidad de su amigo, luego de un parpadeo, ya
estaban en el Perú del año 1879. Viendo cómo se desarrollaba la guerra entre
Perú y Chile. Pero además, fueron testigos de cómo aquellos enemigos del sur,
destruyeron, quemaron y robaron muchos libros que teníamos.
-¿Estás viendo cómo sucedió todo?
-Sí, ya veo. Fueron tiempos de violencia y ambición por
tener más territorio. Creo que todas las guerras tienen esa característica.
-Así es niños. Fueron tiempos de saqueo y lucha por el poder
y la gloria –decía una voz detrás de ellos.
Y al voltear, no podían creerlo. Se trataba del mismísimo
Ricardo Palma, cuyo fantasma se les apareció y les dio una palmadita en el
hombro.
-¿Usted es “El bibliotecario mendigo”?
-Así es. Hace mucho tiempo me llamaron así, pero en la época
en que ustedes son estudiantes, también lo recuerdan.
-Cierto, justo estábamos estudiando sobre Ud. y su gran
legado a nuestros compatriotas.
-Bueno pues, fue un gusto conversar con ustedes niños.
Espero que este encuentro haya servido para que valoren los libros, y que
nunca, nunca dejen el hábito de la lectura –pronunció el fantasma de Ricardo
Palma, acomodando sus clásicos lentes.
-Ok, gracias don Ricardo, fue un gusto haberlo conocido –ultimó
uno de los niños, mientras miraba de reojo al otro.
Fue entonces que aquellos estudiantes, quienes se habían
quedado dormidos en un jardín, despertaron, y todavía no salían de su asombro:
-¡Conocimos al “Bibliotecario Mendigo”!
-Qué
honor, qué orgullo. ¡Vamos a la biblioteca!
Juan Mujica
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