Explosión
de la sesera,
lanzamiento
del numen parietal,
dispersión
de la psique,
diáspora
de las mentes bélicas.
La tierra
metafísica del pensamiento,
engarza
las diversiones ubérrimas,
colosales
del mundo infinito,
con
abstracciones genéticas.
Desperdigamiento
espacial anacrónico,
agudeza
inclemente crepitante,
fuga de
íconos cerebrales,
y
divergencia en el cosmos.
El gehena
occipital de las mentes supremas,
no basta
para calcinar las ideas fulgurantes,
tan solo
la furia de un dios antípoda,
concentrará
los átomos bicéfalos.
Juan Mujica
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