Plasmada estás en el
cielo,
Hueles al aire que robé de
un beso,
Tengo la garganta seca de
tanto gritar
Tu nombre en silencio,
Al silencio,
Al viento,
Pero Nome escuchan, nunca
lo hicieron.
El aire de este cuarto,
Aún sin ser mío, me deja
vivir,
Aún respiro,
Pero tu amor,
Hoy que no es mío, no me
deja sentir
La vida que respiro.
Si mañana despertase y
De los rincones respirase
un nuevo aire,
Déjame sentir tu cuerpo,
Que de auroras renace sin
ser cielo, sin ser eterno,
Porque hoy no te siento
mía,
Ni mañana tampoco lo
serás,
Que del humo se desvanece
Donde la luz de luna no
puede llegar,
Por eso no me digas que tu
amor es como el mío
No me lo digas,
Hoy no.
Quizá amanecí muy deprisa
por las ansias de verte,
Quizá me engañé al creer
que el destino es suerte,
Pensé en sentirte, pensé en
tocarte,
¡Pensé en amarte al caer la tarde!
Nome niegues las fantasías que tu cuerpo en mí
despiertan
Como el frío a la piel,
Y déjame que estoy respirando, déjame que quiero
vida,
Pero sin tus blancas mejillas, dime ¿Qué es vida?
Y ¿Cómo vivirla?
La luz de luna obnubilada está,
Pareciera no aclararse nunca,
La penumbra roza mi rostro,
Y también me siento olvido,
Respiro ahora el humor del cigarrillo que creí
perdido,
Mi rostro desvaído, mi alma tiene miedo y frío,
Y me topé contigo,
¡Cuán divina es la noche cuando estás conmigo!
Percy Taira
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