Juan Mujica
Definitivamente que este artículo solo podía ser escrito por alguien que ha experimentado los dos géneros, como es en mi caso. Recuerdo cuando empecé a escribir poemas. Sobre todo cuando tomé la decisión de escribir a diario poemas, motivado por el Premio Copé de Petroperú. Fue una experiencia exquisita. Escribía un poema cada día de nueve párrafos y en rima. Y al terminar cada uno, sentía un regocijo y una liberación sorprendente.
Pasaron los años y la idea de escribir una novela iba creciendo en mí y haciéndose cada vez más fuerte. Y fue entonces que a los 27 años decidí escribir mi primera novela. Por supuesto que no contaba todavía con una computadora, pero eso no fue impedimento para llevar a cabo mi propósito. Así que empecé a escribir en hojas rayadas tamaño oficio. Y “el mapa” con los detalles que iba creando estaban en hojas bond. Posteriormente fue que se compró una computadora en mi casa, y fue entonces, terminando mis estudios superiores que logré culminar dicha obra.
Con mucho esmero fue que hilvané las demás novelas que tengo y que están esperando salir a la luz, pero es que también no es tan fácil publicar en el Perú. Y me refiero a lo costoso que representa pagar los servicios de una editorial y poder ver en papel físico tu obra publicada. Solo nos queda tener fe en algunas editoriales grandes que tendrán que aprobar tu obra para así verla publicada. Sin embargo, también están los concursos literarios que premian a los ganadores, pero que es como una lotería.
Posteriormente y debido al factor costo fue que me animaron a publicar libros de cuentos. Para ello fue más cómodo en esfuerzo, ya que al escribir 10 cuentos, ya tenía mi cuentario listo para pasar por el proceso de edición. Sin embargo, como en el caso de la novela también representa un costo, que muchas veces no está a la mano de una mayoría. Por lo que uno se ve en la necesidad de buscar a las editoriales pequeñas para que nos hagan el favor de imprimirnos una pequeña cantidad de libros.
Si me preguntan con qué género me siento más identificado. Pues hace 10 años era la poesía; sin embargo, es con la narrativa con que he podido construir historias y crear personajes. Por lo que se ha convertido en un género especial que me ha cautivado. No obstante, en fechas como el Día de la Madre, que a muchos se nos da por escribir un poema alusivo, es que uno comprende que la poesía sigue latente en nuestro gusto, y que está ahí esperándonos. Para continuar cautivándonos. Aún conservo mis poemas y sé que en cualquier momento puedo continuar creando más.
Por lo tanto, la narrativa y la poesía tienen cada cual lo suyo. El magnetismo que puede generarnos César Vallejo, también lo puede generar Abraham Valdelomar y Mario Vargas Llosa. Solo es cuestión de dedicarle un tiempo predefinido a cada género. Y si quieren sentirse escritores completos como lo siento yo, escriban poemas, cuentos, novelas, artículos, etc. Todo lo que puedan, ya que como diría Gabriel García Márquez: “Lo importante es mantener el brazo caliente”. Así que buena suerte y a seguir creando estimados escritores del mundo.
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