Juan Mujica
A millones de años en el futuro, el ser humano pudo al fin volverse anfibio. Y muchos de ellos decidieron irse a vivir al fondo del mar. Fue entonces que con mucha dedicación construyeron una ciudad submarina. Colocándole un domo protector que les permitiera respirar oxigeno mientras estuvieran dentro.
-¿Qué pasa con el domo? Parece que tiene una rajadura –dice la voz de uno de sus ciudadanos.
-Lo mejor será avisar a las autoridades -respondió otra voz.
-Lo mejor será avisar a las autoridades -respondió otra voz.
Efectivamente, dieron aviso a las Fuerzas Especiales Submarinas, que eran las personas competentes y mejor calificadas para resolver problemas como estos en nombre de Fraldor, quien era el alcalde y jefe de dicha ciudad.
-¿Qué ha pasado con el domo? –pregunta Fraldor.
-Lo están sellando señor. Aparentemente algo chocó contra él y le hizo una rajadura –contestó uno de los oficiales.
-¿Algo como qué? –volvió a preguntar el alcalde.
-Se está investigando señor.
Aparentemente se desconocía el responsable del daño a su domo protector. Sin embargo, fue entonces que unos seres acuáticos irrumpieron en escena y atacaron nuevamente el domo. Pasando por sobre los humanos que lo estaban reparando. Eran los Caraneos. Una raza de monstruos que destruían todo a su paso y que ahora querían causar daños a la ciudad submarina de los hombres anfibios. Así que se tomó la decisión de abandonar la ciudad submarina y pedir auxilio a los humanos de la superficie.
Se abrió el domo y salieron, huyendo de los Caraneos. Encontrando a los terrestres, les pidieron ayuda. Y fue entonces que se prepararon los ejércitos dispuestos a combatir contra los enemigos. Espantando a los Caraneos con misiles, y causando daños en la ciudad submarina. Y una vez que los enemigos se fueron, volvieron a reconstruir su hogar, e incluso muchos terrestres decidieron irse a vivir al fondo del mar.
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