Cuenta la historia que Olaya aparte de dedicarse al oficio de pescador, también estuvo con la misión de entregar correspondencia de los patriotas, y muchos de los cuales distaban entre Callao y Chorrillos. Además con la situación divergente entre San Martin y Bolívar, los cuales se encontraban pertrechados en la fortaleza del Real Felipe. Nuestro héroe le entregaba dichos mensajes a Antonio José de Sucre.
Lamentablemente, los realistas descubrieron a José Olaya el 27 de junio de 1823. Y a pesar que lo torturaron, unos dicen que desapareció dichos documentos y otros dicen que se los tragó. El hecho fue que luego de ser apresado, fue fusilado y decapitado; sin embargo, antes de morir pronunció aquella frase ya mencionada. Por lo cual, es recordado y homenajeado por todos los peruanos.
Esgrimista