Sus
entornos paradigmáticos,
se
pierden en una isla inexistente,
que la
masa de pangea clama,
pero la
distancia es antagónica.
Las
magnitudes anárquicas,
navegan
los subterráneos del planeta,
proclamando
su hipotenusa,
que reverdece
entre las córneas.
Irreverente
tonalidad boreal,
languidece
con abundante sordidez,
pero la
rebeldía onomatopéyica,
resalta
su esencia incorpórea.
Las
laberintísticas personalidades,
se sitúan
cual panal de gitanos,
que
incrustan sus incógnitas,
en el
filo de su circunferencia.
Esgrimista
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