Muchos de nosotros recordamos
los tiempos de colegio, en que nos hicieron leer “El cabalero Carmelo”, y aún más analizarlo en la universidad. Es
por ello que un 3 de noviembre de 1919, partió a mejor vida nuestro compatriota
y gran escritor Abraham Valdelomar.
Se le reconoce como narrador,
poeta, periodista, ensayista y dramaturgo peruano. Conjuntamente con Julio Ramón Ribeyro son considerados los
dos mejores cuentistas de nuestro país.
Se sabe que Abraham Valdelomar fue un escritor “todo
terreno”, puesto que emprendió entre su legado literario a diversos tipos de
géneros. No obstante, destacó en el campo de los cuentos, los cuales fueron
publicados en revistas y diarios de aquellos tiempos.
Y otro de sus cuentos
destacados fue Los hijos del Sol
(Lima, 1921). Este último se publicó de manera póstuma.
Fue iqueño y sexto hijo de don Anfiloquio Valdelomar y de doña María Pinto. Sin embargo, se
trasladó con su familia a Pisco, lugar donde realizó sus estudios primarios
(1892-1898), y culminando en Chincha (1899). Posteriormente realizó sus
estudios secundarios en Lima, en el Colegio
Nuestra Señora de Guadalupe (1900-1904).
Sus estudios superiores los
realizó en la Universidad San Marcos.
Sin embargo, antes que pudiera culminar su carrera realizó prácticas de
periodismo, y también de política, puesto que se enroló a las filas del Guillermo Billinghurst.
Se encargó de la dirección del
diario El Peruano. Además viajó a Italia para ser secretario de la legación
peruana. No obstante, cuando Billinghurst fue defenestrado regresó al Perú.
Dedicando un buena parte de su
tiempo al ejercicio del periodismo, pero también se convirtió en un célebre
escritor literario. Incursionando con sus relatos y poemas, que fueron
publicados en medios de la época.
Fue el fundador de la revista
literaria Colónida (1916), y también
tuvo la oportunidad de publicar su cuentario El caballero Carmelo (1918).
Posteriormente viajó a diversas
ciudades peruanas, y tuvo la oportunidad de incursionar nuevamente en política.
Y fue en Ayacucho que sufrió un
accidente y se le fracturó la columna vertebral, fue por ello que no logró
recuperarse y dejó de existir a los 31 años, un 3 de noviembre de 1919.
No obstante, su recuerdo
perdura en las memorias colectivas de los peruanos, que han leído el legendario
libro El caballero Carmelo.
Juan Mujica
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