lunes, 26 de septiembre de 2016

¿Existe alguna verdad detrás de las leyendas?

Para Heinrich Schliemann, un millonario prusiano del siglo XIX, aficionado a la arqueología… estaba seguro que sí. Que sí había una verdad detrás de las leyendas. Así fue cómo leyendo La Ilíada logró descubrir Troya en Hisarlik, Turquía, descubriendo, además 9 Troyas, una encima de la otra.  Así como escuchan: leyendo La Iliada encontró Troya.
El problema con los mitos y leyendas es que son un teléfono malogrado de siglos de siglos, donde la verdad se ha ido tergiversando con el pasar del tiempo… Mito no es necesariamente sinónimo de mentira. No todo en él es falso. La cosa es encontrar el meollo de verdad, la esencia real de los acontecimientos que se esconde dentro… ese es el reto. Hay que dilucidar, desentrañar, discernir.
Y hay que discernir con los ojos de la gente de esa época. Cómo ellos veían las cosas. Por ejemplo. Los trabajos de Hércules. Cuando Heracles combatió a los pájaros de Estínfalo… ¿a qué se estaban refiriendo los cronistas cuando hablaban de pájaros de metal?...
O cuando el héroe se enfrentó con la Hidra de Lerna… ¿En realidad, la Hidra tenía cien cabezas que se regeneraban eternamente?...
¿O la cierva sagrada de Cerinea tenía patas de bronce, cuernos de oro y era gigantesca?
O el toro de Creta, o el jabalí de Erimanto, el robo de las manzanas de las Hespérides.
Y así podríamos hacernos más y más preguntas. ¿Los centauros eran mitad hombre y mitad caballo? ¿Quién era en realidad el minotauro?... ¿El cancerbero era un perro con tres cabezas? ¿Qué significaba ser “semi-dios”?
¿Qué verdades guardan todos estos mitos? La historia a veces no nos puede contestar todo, a ciencia cierta… pero sí la literatura, llenando vacíos y reinterpretando las leyendas desde otro ángulo. Eso es lo que busco con este libro. Y espero que les guste.
           

 Beatriz Ontaneda

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