Amaneciste de a poquitos,
Resbalando cada sueño
sobre tu almohada,
Y si pudiera te hubiese
despertado,
Pero te hubiese amado y
dañado al mismo tiempo,
Y no sé que sería hoy de
ti.
No es más que la envidia
de un recuerdo tus ojos dormidos.
Mientras la distancia
Se encargó de llenar aquel
vacío
Que dejó el sol al llegar
la noche,
Al dejar tu cuerpo,
Sin mí y tan mío.
Esta noche a ti te duele
solo este verso,
A mí, todo este maldito
olvido.
Percy Taira
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